domingo, 5 de febrero de 2012

VIVIENDA Y CAMBIO CULTURAL: REFLEXIONANDO SOBRE EL BLOQUE ...LA UTOPÍA POSIBLE


VIVIENDA Y CAMBIO CULTURAL:
REFLEXIONANDO SOBRE EL BLOQUE
            ...LA UTOPÍA POSIBLE


                                                                       A.S. ALEJANDRO CASAS
                                                                       A.S. MARÍA OLARIAGA
                                                                       A.S. MAURICIO PADRÓN
                                                                       BR. ANDREA BUELA
                                                                       BR. GUSTAVO MACHADO
                                                                       BR. NORMA PEREYRA


                                                                       (Mayo, 1995, Montevideo, Uruguay)


Introducción:

            En este trabajo recogemos las primeras conclusiones de una investigación que estamos realizando sobre, el cambio cultural que se produce a partir de la implementación de políticas de vivienda con sectores de extrema pobreza.

            Convencidos de que es preciso poner el tema de las alternativas de desarrollo para los sectores populares en el centro del debate de nuestra comunidad profesional presentamos este trabajo que intenta poner en discusión, buscar soluciones y propuestas sobre un tema que surge de nuestras prácticas curriculares y profesionales.

            Para lograrlo recurrimos como ya dijimos, a nuestras experiencias y a las de otros (algunas sistematizadas y publicadas, otras “contadas verbalmente”), que fueron nutriendo y motivándonos en esta apuesta a la discusión, el análisis, y a la pretendida teorización a partir de la conjunción de todo esto.

            Preguntas que guiaron este trabajo fueron: ¿el cantegril (1) se “erradica” solucionando la vivienda?, ¿es esta una necesidad real?, ¿no queremos con esto integrarlos al standard de vida dominante?, ¿el cooperativismo es una alternativa viable para el sector?, ¿puede catalogarse el cooperativismo como un satisfactor sinérgico?, ¿cómo actúan los procesos educativos en los grupos?, ¿y si se prescinde de ellos hay un cambio cultural?, ¿hacia dónde?.

            La necesidad de contextualizar estas situaciones nos llevó a ubicarnos en América Latina, como forma de entender la lógica de la dependencia, para luego centrarnos en nuestro país, recorrer brevemente su historia visualizando la relación entre Estado y Sociedad Civil.

            Consideramos que este debería ser el encuadre global y puerta de entrada para la conceptualización y caracterización del sector.

            Focalizaremos el análisis en algunos ejes temáticos que entendemos son claves para intentar aproximamos a la formulación de algunas conclusiones; dichos ejes son: Organización y participación, el tener y ser en la nueva casa, autopercepción y Rol del Trabajo Social.

            Creemos importante aclarar que en estos ejes tratamos de ir dando algunas propuestas y respuestas que de por sí son productos concretos del trabajo, más allá de que al final formulamos conclusiones y propuestas que intentan sintetizar el contenido de los diferentes ejes.

URUGUAY EN EL CONTEXTO DE AMÉRICA LATINA:

            “La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especialicen en ganar y otros en perder”.
                                                                       Eduardo Galeano

            Ubicando los elementos esenciales del funcionamiento del sistema capitalista y comprendiendo su lógica, se puede comprender sus contradicciones y visualizar quienes resuelven las mismas: los países dependientes. Existe una necesidad de periferias en la economía capitalista: América Latina ejerce un papel clave resultando ser dominada por los centros pero ejerciendo el peso máximo de la contradicción con periferias dentro de ellas mismas.

            Uruguay puede diferenciarse por su peculiaridad demográfica, su bajo crecimiento vegetativo, su altísima emigración con una menos distribución del ingreso y una mayor negociación de sus trabajadores, esta diferenciación se diluye hacia 1950 donde la profunda crisis económica, política y social se comienza a asemejar con el resto de los países de América Latina. Coyunturalmente a esta crisis existe en el mundo un continuo desafío de coorporización, donde el MERCOSUR ejerce un papel preponderante en el proyecto neoliberal de estos países del sur.

            Nuestro país, dependiente y subdesarrollado, se consolida como tal en 1870 con regímenes dictatoriales, quienes logran insertarlo en el Esquema Económico Mundial, organizando y unificando un país que gozaba de “independencia” desde 1830.

            En los primeros años del siglo, mientras se afianzaba la identidad nacional y estatal, olas de inmigrantes poblaban nuestro territorio. El Batlismo, basado en el modelo Keynessiano del Estado Benefactor, trasladó parte importante del excedente del campo en beneficio de una ascendente clase media, y los noveles sectores de trabajadores, el Estado aparece dinámico, proteccionista y diversificador de la economía, éramos la “Suiza de América”.

            La prosperidad del estado industrial-benefactor se quebró cuando el mercado interno se satura y la estructura agropecuaria no se modifica. A esta altura ya se firman las primeras cartas de intención con el FMI pero las recetas estabilizadoras no eran efectivas.

            En la década del 60 en Uruguay como en toda América Latina se viven momentos de conmoción social facilitados por la Revolución Cubana, la acción guerrillera, el terrorismo estatal y el agotamiento del Estado Benefactor. Esta situación y la inestabilidad político-económica trajo consigo la dictadura militar.


            Este régimen no solo no solucionó es estancamiento económico sino que lo hizo más dependiente, multiplicó por 7 la deuda externa, generalizó el miedo y llevó a la pérdida del salario real de los trabajadores más del 50%.

            En la década del 80 la dictadura perdió el pretendido apoyo interno y externo. Dando paso desde 1984, a gobiernos democráticos de los dos partidos tradicionales de derecha que redujeron el estado hasta donde pudieron apostando a una integración neoliberal arancelaria con los demás países del cono sur, mientras las grandes mayorías siguen postergadas y en la capital gobierna la izquierda con un proyecto netamente diferente.

POLÍTICAS HABITACIONALES EN EL URUGUAY

            La políticas en vivienda surgen en 1937 con el Instituto Nacional de Vivienda Económica, ampliando su producción a lo largo del tiempo sin llegar a los niveles óptimos. Estas políticas las podríamos caracterizar en cuatro grandes grupos.

            Las primeras son las que tienen un carácter asistencial que se dan hasta 1969 aproximadamente, que no toman en cuenta las pautas culturales de los beneficiarios tendiendo a su pasividad sin procesos educativos. El resultado de ésto es en la mayoría de los casos es la venta “de lo que se regalo” o de parte de ellas (puerta, griterías), o la introducción del caballo, sustento de vida. Este resultado opera como obstáculo de la mentalidad colecta a la hora de invertir en viviendas para el sector.

            Otro tipo de políticas es el caso del MEVIR (2) o el Plan Aquiles Lanza (3), que lejos de organizar a los beneficiarios utilizan “forzosamente su mano de obra” con el sistema de la ayuda mutua, como dice V.Giorgi. “Tomaron la ayuda mutua de las cooperativas en una toma perversa”. Lo ineficaz de este sistema fue la no realización de un proceso educativo autogestionario, que acompañe el proceso de autoconstrucción. Muchas veces no radica el cantegril por la venta posterior que se hace de las unidades y por no ser de carácter integral, al decir de otro vecino “la pinta es muy buena pero la construcción en si no empezamos bien pero terminamos mal”.

            Un tercer grupo son los Núcleos Básicos Evolutivo (4), con bajos costos y calidad sin trabajo educativo organizativo, sin tomar su propia cosmovisión manteniendo el hacinamiento y el desarraigo.

            Por último las cooperativas (5) o formas cooperativas de ayuda mutua, que para el sector son relativamente nuevas y surgen como alternativas al NBE, promovido por el gobierno nacional. Estas experimentan una organización autogestionaria y participativa que no solo permite una vivienda de mayor calidad sino que la trasciende en la satisfacción de otras necesidades.

RELACIÓN ENTRE ESTADO Y SOCIEDAD CIVIL

            Continuaremos el análisis con el tema de las políticas sociales, cuando estas parten desde el estado las vemos como el esfuerzo planificado por intentar reducir las desigualdades sociales, mientras que cuando parte de organizaciones de la sociedad civil, las vemos en la búsqueda de formas de autopromoción.

            A su vez si partimos en general de la realidad de la políticas sociales impulsadas desde el estado en el marco de los países latinoamericanos. Vemos una subordinación y falta de integración con las estrategias de crecimiento de tipo neoliberal que generan por si mismas efectos contraproducentes a los que pretenden tener las políticas sociales. En este contexto estas solo tienen un alcance paliativo, privilegiando soluciones a corto plazo que pueden incluso llegar a perpetuar los fundamentos estructurales de la pobreza.

            Otras características que presentan generalmente las políticas sociales en nuestra realidad son su carácter verticalista negando la participación de los sujetos, fragmentadas en la medida que satisfacen necesidades de forma parcial y asistencialista ya que cohiben formas de autopromoción.

            Las políticas sociales intentan convertirse en satisfactores de determinadas necesidades muchas veces se convierten en satisfactores singulares en la medida que satisfacen una sola necesidad. Pocas veces estas aportan satisfactores de tipo sinérgico que satisfacen una necesidad concreta y contribuyen al mismo tiempo a la satisfacción de otras necesidades.

            Resulta fundamental en las políticas sociales el componente político, que hace a la participación en gestación, aplicación y control de las mismas. Entendemos a la participación como un proceso de conquista, en constante reformulación, apuntan en esencia a la autopromoción. no la podemos entender como una dádiva, como una concesión ni como algo preexistente, es a la vez un medio y un fin en si misma, ya que es un instrumento para la autopromoción y es al mismo tiempo la propia autopromoción. Otro eje de análisis lo constituye la relación entre sociedad civil y estado y el concepto de hegemonía.

            En el contexto del capitalismo dependiente de los países latinoamericanos concebimos el estado en una sentido amplio, trascendiendo el concepto de lo público, como la unidad entre parte de la sociedad civil y la sociedad política sintetizando el estado las funciones de dirección o hegemonías y de dominio o coerción de las clases dominantes.

            A su vez es en la sociedad civil donde las clases dominantes expresan y ejercen su hegemonía o dirección sobre el conjunto de la sociedad pero también es fundamentalmente en este espacio en el que las clases dominadas luchan por la institución de una nueva hegemonía.

            De esta manera la construcción de una buena hegemonía pasa por un nuevo proyecto económico pero fundamentalmente por un nuevo proyecto cultural. Así una clase se vuelve hegemónica no en tanto logra imponer una concepción uniforme del mundo al resto de la sociedad, sino en cuanto logra articular distintas visiones del mundo en forma tal que el antagonismo potencial de las mismas resulta neutralizado.

CARACTERÍSTICAS DE LOS SECTORES DE EXTREMA POBREZA

            Existen entonces poblaciones que sufren distintas presiones tales que van oprimiendo al ser humano al punto de limitarlo casi al máximo. A través de la inestabilidad laboral de las condiciones de vida infrahumana en las que están sometidos, con necesidades que no llegan a cubrirse por no tener acceso a su satisfacción, es que el hombre va perdiendo su autoestima, su libertad, esclavizada de mil formas y se prostituye de otras tantas.

            La miseria comienza con lo económico, al no tener un trabajo estable que le permita por lo menos reproducirse como trabajador, sumado al aumento de alquileres que desde el año 78 ha venido incrementándose a tal punto que hacen insostenible para ciertos sectores de la población obtener por este medio un techo. Comienzan las ocupaciones de casonas, pensiones y hoteles en la planta urbana y más tarde terrenos o espacios libres creándose verdaderos cinturones de pobreza ubicados en la periferia de las ciudades.

            Se trata de un sector de extrema pobreza, el hombre sufre la impotencia de brindarle a su familia el bienestar necesario, no puede mantenerla porque no tiene un trabajo fijo, no puede hacer más que changas, salir con el carro o recolectar desechos y el que en suerte tiene un trabajo es el depositario de todas estas carencias en la familia, se ve así mismo culpable y lo hacen sentir así también. La necesidad de demostrar su autoridad se viabiliza en ocasiones por las golpizas a su cónyuge y algunas veces a sus hijos. Así el machismo y el matriarcado son una forma de demostrar o de demostrarse, para no sentir que el desprecio que los demás le tienen, ellos también lo experimentan.

            La mujer cumple un papel fundamental en el hogar a través del permanente contacto con sus hijos, como reproductora de los valores de este sector. La familia generalmente se convierten en matriarcados en los que aún después de casados los hijos se quedan junto a su madre ya sea viviendo en la misma casa o en el rancho de al lado.

            En lo organizativo ellas tienen un gran peso en la iniciativa son las que se mueven, las que manifiestan inquietudes de cambio, de querer ofrecerle algo mejor a sus hijos. Son los motores organizativos, las que manejan la dinámica barrial desde los rumores a las intimidades empapadas de esa vida cotidiana pueden visualizar más fácilmente el trabajo colectivo y las posibles soluciones, pero en contraposición a este gran peso en el hogar y en lo barrial, es el hombre el que generalmente toma las decisiones.

            Al momento de ocupar cargos son ellos los que están presentes, las mujeres ceden el lugar al hombre para que este decida. Se plantean casi siempre por este motivo una organización que pasa estrictamente por lo formal (comisiones barriales de fomento) con sus respectivos cargos.

            Predominan generalmente las relaciones de parentesco entre los vecinos, que junto a las de afinidad y amistad se mantienen dentro de los límites del cantegril. Dichas relaciones pueden aparentar solidaridad, pero también manifiestan profunda desconfianza del otro, moviéndose en esa ambigüedad de individualismo y solidaridad. Aquellas que establecen con los que están en su misma condición social o no ya se dentro o fuera del cantegril, tienen cierta base materialista y de utilitarismo.

            Manifiestan una “incapacidad” de proyectarse al futuro acostumbrados a vivir el hoy sin preocuparse si mañana tienen o no, dificultad de aprender de la experiencia que el trabajo colectivo logra superar y subir la autoestima demostrándoles que si son capaces si realmente se organizan.

            Es importante resaltar el carácter adaptativo de muchas de las características culturales del sector en función de las condiciones materiales de vida. Son a menudo depositarios de parte del resto de la sociedad de las imperfecciones y prejuicios de otras clases sociales cuando se los tipifica como “vagos, los que están así porque quieren...”

            Actualmente en esa necesaria seguridad de algo donde pisar, el mosaico de oportunidades ha ido modificándose sustancialmente ya no solo en cuanto a espacio físicos sino también en lo que cabe a ubicación geográfica y servicio.

            El entorno ofrece ciertas oportunidades que operan en cierta medida, como generador de potencialidades que van desde el trabajo estable (fábrica, industria, comercio policía militar), hasta las mil diversas formas de subsistencia alternativa al mercado, formal de trabajo (changas, clasificación de residuos).

            Otros servicios del entorno son vistos y vividos como alternativos, que ofician como un sistema de seguridad social satisfactor de demandas puntuales (centros de salud comedores municipales, parroquiales) posibilitándoles organizar sus escasos recursos de tal manera que cierto margen de tal manera que cierto margen de estabilidad les permita estructurar tanto su vida cotidiana como sus proyectos a mediano plazo.

            Los colgamientos el barro, la canilla en la esquina, la falta de espacios verdes, los pasajes internos intransitables, los basurales, la falta de alumbrado público, el transporte que generalmente no llega, son la esencia de su naturaleza y potencializador de pequeñas movilizaciones.

            Sobre este suelo (municipal estatal privado) transforman las formas arquitectónicas ortodoxas, la digestión ajena les deja sus paredes, sus puertas, ventanas, techos y mobiliarios varios son la materia prima de sus estrategias habitacionales y por tanto revelan la adaptabilidad de los hogares, con límites elásticos, construcción de la vivienda, cambios según las estaciones del año (mirando al sol en invierno, de espaldas en verano) las ampliaciones por etapas no planificadas sobre espacios reducidos en base a su disposición adicional de recursos y cambios en las necesidades, las mudanzas (por momentos semanales) la cesión y/o venta de espacios a parientes y vecinos.

            No es por pecado de ser pobres y lo peor muchos que por gusto, viven apilados la solución de la tierra donde pisar es funcional a las cambiantes necesidades familiares espaciales a lo largo del ciclo de vida y por su lógica muy elástica.

            Comparten en la misma pieza el sueño, el despertar, el cocinar y correr el acto de amar, las necesidades biológicas (a veces compartiendo el baño con vecinos y parientes, otras, la intemperie los cobija), conviviendo y chocando las dinámicas cotidianas de cada integrante del núcleo familiar.

            Imprimiendo un nuevo giro al trabajo nos concentramos en el análisis de algunos ejes temáticos que entendemos son claves para intentar aproximarnos a la formulación de algunas conclusiones que sirvan como puntaje inicial para profundizar en estrategias de intervención, desde nuestra profesión orientada al sector de extrema pobreza.

ORGANIZACIÓN Y PARTICIPACIÓN

            Así, consideramos a la organización como el salto cualitativo en la postura frente a la realidad, es un grado de maduración de la conciencia y que para el caso de los sectores populares encierra el desafío a construir la expresión organizada de un sector comúnmente desvirtuado en su significación en cuanto agente de cambio social ligado a este (concepto “nacido” con él), nos inclinamos por definir a la participación, simplemente como las distintas modalidades de ser, hacer y estar de los sujetos y sus organizaciones cotidianas, enmarcadas dentro de un proceso de autopromoción política.

            A los efectos de facilitar la comprensión tomaremos dos grandes categorías que aporten a una presentación de lo organizativo-participativo: la una será en cuanto a la estructura (merenderos, comisiones) grupos de intereses que aparecen como mas permanentes dentro de la dinámica barrial y que reflejan globalmente la “inquietud concreta” frente a determinadas problemáticas sociales y a partir de su creación la actitud tácita de que por su sola formación se esta transformando esa “microrealidad”, siendo “referentes” claves en la historia organizativa.

            La otra categoría vista como proceso: acontecimientos, pasos, reflexiones y ación que frente a la realidad, y en la necesidad de responder a ella coherentemente con sus intereses, han ido desarrollando.

            Responde más a la dinámica de funcionamiento interno y externo a los procesos cotidianos colectivos que reflejan su situación de clase su cosmovisión del mundo, campo fértil a partir del cual descubrimos las contradicciones y potencialidades nuestras y de ellos.

            Veamos ahora, como estas “Categorías didácticas” se van entrecruzando e influenciando las unas con las otras y con el mal llamado “mundo externo” que los rodea, envuelve y cura permeándose en las más diversas manifestaciones del sector.

            Así, en nuestras profesiones (como también en algunas entrevistas realizadas) hemos podido constatar, por ejemplo: la reproducción de los referentes globales y generalmente de las relaciones burocráticas que de aquellos derivan a saber: la necesidad de formar o formar y luego tener, una comisión “llena” de cargos, con una doble causalidad “más palpable”, por un lado, opera el control “sobre” (disfrazado de efectividad, capacidad operativa y dinámica para organizarse) y aquel que otorga cierto status.

            Esta modalidad encierra ciertas “negatividades” a la hora de privilegiar potencialidades como lo es la concentración de responsabilidades en la cual, esta el conjunto de vecinos que “exige” a los más “activos”, “estar” en los distintos ámbitos, por otro lado, estos pocos que absorben las actividades concentrando la información sobre la base de la sobre valoración de experiencias personales y desvalorización del “otro” fomentan una organización encerrada en si misma incapaz de interpretar los verdaderos intereses del colectivo, llevando así a un desgaste conjunto, obstaculizando los procesos participativos de los vecinos.

            Muchas veces reproducen el “viejo concepto de participación” en el entendido de valorar el ”estar” como algo predefinido en los siguientes términos cuando valorar mayoritariamente la presencia física o la realización de una tarea concreta, siendo menor el énfasis en los contenidos y significados expuestos por los participantes.

            Pero algunas capacidades preexistentes a procesos promocionales (solidaridad formas de agrupamiento, soluciones a problemas comunes) posibilitan ir revirtiendo esas prácticas, constituyéndose en aportes cualitativos que refuerzan paulatinamente sus formas de “resistencias” el festejar cumpleaños, días del niño, aniversario “los reyes”, el ayudar al vecino a levantar un muro, el alumbrado, el agua, los caños, todo para el mejoramiento del barrio.

            Los integra, se reconocen y recrean desde lo que les es propio y característico, modificando así “estructuras formales” de participación y organización redimensionando a su manera, estas experiencias e historias organizativas que encierran sus marchas y contramarchas.

            Muchas veces a partir de cosas concretas (basurales, falta de agua, pasajes intransitables) se establecen relaciones de participación para alcanzar un objetivo puntual que a veces llega a su término una vez solucionado, pero que otras, sirve de catapulta para comenzar a agruparse por problemas más colectivos y que requieren de una lucha mayor como por ejemplo, el logro del terreno y luego la vivienda, donde el tiempo influye y condiciona ya no sólo la dinámica de funcionamiento sino también todo aquello que hace a las organizaciones, sus objetivos y metas, a ese juego interno que se da en espacios formales e informales.

            Es que desde lo puntual por más chiquito que sea, se va revalorizando el desarrollo y potencialización de su creatividad y capacidad inéditas, sus capacidades e propuestas y de generar formas organizativas que por su autenticidad se vuelvan, lugar del verdadero ejercicio del poder popular.

            Así se perciben algunos grupos con los que hemos tenido contacto permanente y en otras mediante entrevistas que sirvieron de soporte para este trabajo, que mediante el rescate cultural y subjetivo del sector, se potencializó la autopercepción individual y colectiva, reflejándose en una participación y organización “crítica” del proceso. Así una vecina dice...”y apareció el Plan Piloto de MOVIDE (6) un poco para demostrarle al gobierno que los pobres también podemos administrar la plata y construir por ayuda mutua, lejos estaba el sueño de la vivienda que era preponderante para cambiar el estilo de vía y lo fundamental es que se mantenga la comunidad”.

            A partir de su lucha por un derecho que al decir de ella “que según la constitución todos tenemos”, este grupo de vecinos construye su vivienda y comparte otros espacios organizativos con otras cooperativas en construcción, con arraigo en su zona (ideal hecho realidad aquel de la identidad barrial también por una pelea y negociación de organizaciones, propietarios de terrenos y ellos mismos).

            En otros grupos el proceso de construcción hoy hecha realidad “la casa propia” los ha motivado a tener el confort colectivo y compartido del salón comunal, heladera, cocina, lavar ropa, buena muestra que aún quedan cosas por construir en común.

            Pero todo esto, no se da por si solo, requiere de un trabajo continuo, de una práctica de aprendizaje mutuo (agente externo-sujetos) de una imprescindible elaboración teórica y las acciones que la misma gente haga acerca de la ubicación de la sociedad, de una actitud dialógica que autodescubre su preocupación, sus intereses y potencialidades, consolidándose como sujeto colectivo que desmitifica visiones mecanisistas e inmediatas que compartimentan el mosaico de la “cultura de lo diferente” que por “diferente” se constituye en el verdadero “taller de contradicciones potencializadoras”.

            Nos posibilita trabajar sobre esas críticas y autocríticas desvalorizantes, en aquello de ver la responsabilidad como ajena, los no logros, los etiquetamientos, el ver al tiempo como único responsable o compartiendo con Dios o el destino o el “haber nacido pobre”. Los “fracasos” cotidianos, el monopolio o silencio de la palabra, o el rumor o la información compartimentada los liderazgos y las relaciones de poder que se generan, el control ejercido sobre todo y todos la violencia del vulnerable sobre su vulnerabilidad las prácticas “utilitaristas” en tanto no se plantea aportar en el mismo nivel con el que se busca “lograr”.

            Es preciso superar esa concepción estática de la caracterización del sector que estaba en separar las negatividades de las potencialidades no se trata de dos bloques separados sino de una realidad dialéctica, compleja donde ambas se entrelazan.

            Se ha visualizado ciertos cambios en su apertura a lo local ya no como “ajeno” sino como algo propio en donde incidir y aportar (el grupo hacia adentro y hacia el resto de la comunidad), la cooperativa “abierta” al barrio, apoyando a otros grupos en el mejoramiento de los servicios existentes en la aprehensión de técnicas y “teorías” que desde su realidad se “traspasan” para ser nuevamente reformuladas coordinaciones en los plenarios, orden del día, planificación de temas y actividades en conjunto.

            En otros espacios, el ejercicio de la participación y la toma de decisiones en los distintos temas (modalidad de construcción, reglamentos equipos técnicos) permite ir rompiendo sus “autobloqueos”: “no tengo labia... yo hablo a lo bruto...aquel habla mejor”, posibilitando una valorización personal que contrarresta esa segregación social que nace en la ideología dominante y es “introyectada” en ellos (“antes no hablada y ahora soy una cotorra loca”).

            El reglamento aparece siempre como una dificultad, una vecina plantea “proyectar un reglamento en base a un sueño y después en la práctica te desilusiona...se trataba entonces de resolverlos...sin llegar a definir el proceso en forma previa, porque te hace soñar mucho y desilusionarte con mucha fuerza y perdés un montón de gente porque el reglamento se utiliza para cortar cabezas”.

AUTOPERCEPCIÓN

            Las modificaciones en la autopercepción de las personas que hemos verificado en las entrevistas, se deben enmarcar dentro de un proceso de ayuda mutua en relación con la vivienda.-

            Vemos cambios fundamentales en la autoestima en lo que hace a la valoración de si mismos y de su colectivo.  El trabajo en conjunto con un objetivo común genera muchas contradicciones a la interna del grupo, se cuestionan su capacidad de poder llegar y cuando lo logra y aún antes cuando se encuentran en el proceso debiendo vencer las dificultades que en el medio ejerce son capaces de lograr lo que se proponen.

            Cambia la visión que tienen de sí mismos entre el antes y el ahora, en cuanto a la postura física, el contacto con el otro, en lo organizativo, se sientes de otra forma en el barrio, en el mundo.

            Como planta un vecino “antes eran los malandros, ahora son los nenes de mamá y papá...el cambio se notó muchísimo, de un lugar errado donde siempre se veían las mismas caras a estar en un espacio abierto rodeado de gente que pasa, siempre vez diferentes caras, ya no es solo lo mismo...”.

            El tener una vivienda nueva genera varios cambios.

            Comienza a ser más preocupante la higiene, manifiestan que antes era difícil mantenerse limpio en el rancho y ahora los chiquilines pueden estar prolijos. Una vecina relata...”el deslumbramiento es el baño en que te podés bañar con agua caliente, el estar limpio, como que dan otra imagen, vos te sentís mejor”.

            El baño es una de las piezas claves dentro de la nueva casa, lo valoran muchísimo e inclusive cuentan que al principio se pasaban bañando y no conocían los elementos de éste.

            Antes el rancho único lugar para cocinar, dormir, bañarse, estar. Ahora, una casa con más espacio mayor y mejor distribución de ellos, le genera un cambio en su conducta y una readaptación a su hábitat. Estos espacios se comienzan a separar para cocinar, para bañarse, para dormir, genera una división entre los hijos de diferentes sexos y entre éstos y la pareja. Esto permite mayor intimidad y el tener su lugar en la casa.

            Antes se avergonzaban de dónde y cómo vivían, pero los cambios generados por la vivienda les permite en el caso de los jóvenes, por ejemplo, llevar amigos a su casa pudiendo demostrar que han cambiado, cosa que influye directamente en la autoestima) y en su relación con el otro. Estos lazos de amistad ya no solo se dan en el endogrupo, sino hacia afuera, también la búsqueda de pareja comienza a realizarse fuera de la comunidad “acá ha cambiado...decía un joven, allá no llevábamos amigos y acá sí, es como la novedad del barrio, acá tenemos mucho más amigos, los padres no se acostumbran. Vienen charlamos, vamos a los bailes...allá entrabas y te daba vergüenza por el olor, el estado del edificio, por la disposición...en esas piezas donde vivían los pobres”.

            Otro aspecto que se modifica es la visión del Otro en el que depositan sus contradicciones, donde ven errores que no ven en ellos mismos, estableciendo una relación contradictoria, por una lado el otro es plausible de ayuda, pero también aparase como amenaza, generando miedo y solidaridad.

            Otro cambio, quizás el más resistido, es el que se produce a raíz del traslado a otra zona que aparece desconocida, el arraigo que tienen al barrio que dejan no pasa únicamente por su rancho, sino también porque este es fuente de trabajo y de sobrevivencia para ellos. Al darse un cambio de hábitat se deben reacostumbrar a otro barrio y muchas veces a otro tipo de trabajo.

            Cuando hablamos de todo esto, no podemos dejar de pensar en lo afectivo, en que el arraigo, las relaciones individuales y colectivas modifican toda su estructura afectiva, se tienen que desprender de cosas que son su medio de vida, su seguridad, cambian mucha cosa y al mismo tiempo todo cambio trae implícito una inseguridad más cuando pensamos en las características del sector.

            Se produce la combinación entre el deseo y el miedo al cambio, es vivir este cambio como positivo demorando lo más posible el proceso de desprendimiento, es muy significativo lo que nos cuenta una vecina: “hace tres años que vivo en la casa nueva y el rancho lo desarmé recién la semana pasada”. Te arraigas a eso, yo en ese rancho viví muchas tristezas, muchas alegrías, nacieron mis hijos. Ahí planté, transplanté paraísos, tenés una sombrea, tenés una privacidad que la hiciste vos y de repente tal perfecto, cambias, te vas a una casa a donde vas a estar mejor pero todo eso que acumulaste ahí, cómo te cuesta desprenderte”.

EL TENER Y EL SER EN LA NUEVA CASA

            Es preciso, para analizar los cambios culturales producidos en la forma de habitar la nueva casa, considerar que en esta sociedad, que tiene como pilares fundamentales de su existencia, la propiedad privada, el lucro y el poder adquirir poseer y lucrar son los derechos sagrados e inalienables del individuo en la sociedad industrial.

            Al decir de Fromm “a nadie le importa en dónde y cómo adquirir mi propiedad ni lo que haga con ésta; mientras no viole la ley, mi derecho es ilimitado y absoluto”.

            Como pueden satisfacer o aún enfrentarse a su pasión de adquirir y conservar las propiedades o como pueden creerse propietarios los que no tienen propiedades?.

            Aún los que tienen pocas propiedades poseen algo y aprecian sus escasas posesiones, tanto como los capitalistas aprecian las suyas. También los sectores populares sienten necesidad de conservar lo que han conseguido y por aumentarlo aunque sea en una cantidad mínima.

            El tener no es solo poseer bienes materiales casa, auto, muebles, etc. sino también se debe incluir la pareja, los hijos, los amigos que en estos sectores son “cosas” según Fromm, que se tienen en abundancia.

            Tratando de ejemplificar lo que se ha venido diciendo: cuando los sectores populares después de participar en un proceso que les permite “tener su casa” comienzan a equiparla comprando muebles nuevos, electrodomésticos, cuando durante ese proceso comparan cosas y las guardan para la nueva casa, cuando tratan de arreglarla y la cuidan como forma de conservarla.

            En estos casos comienzan a actuar en ellos, esa necesidad de tener, de poseer que les fue transmitida pero que seguramente por infinidad de factores nunca o casi nunca pudieron poner en práctica.

            Estos sectores nunca consumieron?

            Obviamente sí, quizá lo hicieron para satisfacer una necesidad recreativa al adquirir una T.V., un equipo de audio. Pero el tener la casa modifica ese modo de adquirir pasando a no ser solo para eliminar su necesidad de diversión sino consumir en función de la estética, del confort, de la seguridad. Empezando a jugar con más fuerza que antes el tener relacionado al status, a la posición que se ocupa en el grupo al que se pertenece.

            De las entrevistas realizadas ha surgido con fuerza todo lo dicho anteriormente, pero la modificación de pautas culturales se denota en varios aspectos.

            Cambian las fuentes de trabajo. Al participar en este tipo de procesos las personas adquieren capacitación que les permite por ejemplo “dejar la clasificación de residuos, para comenzar a trabajar en la construcción de sereno”

            También se producen cambios en la dinámica familiar en relación con la limpieza tanto de la casa como persona, cambia la forma de alimentación, ya sea de cocinar como de comer, el uso de los espacios, la relación con los hijos y con el barrio, al decir de ellos “ahora somos realmente una familia”.

            Entre estos cambios debemos mencionar el contacto con organizaciones e instituciones, también en relación a este aspecto se producen transformaciones, comienzan a pararse como iguales”. Se produce una desmitificación de la autoridad que les permite “enfrentarse” a ella y discutir en un plano más horizontal.

            En suma estos procesos contribuyen a fomentar la autoestima que a su vez posibilita que se produzcan los cambios que mencionamos, los cuales van dirigidos a revalorizar a los sectores populares.

            En relación a esto, García Canclini afirma en esta compleja interacción ni las clases, ni los objetos, ni los medios, ni los espacios sociales tienen lugares sustancialmente fijados, de una vez para siempre. Por eso están mal formuladas las preguntas tales como si el tango o el rock son hegemónicos o subalternos, su origen no basta para adscribirlos a un sentido u otro, lo decisivo será examinar su uso, la relación con los dispositivos de poder actuantes en cada coyuntura”.

ROL Y METODOLOGÍA DEL TRABAJO SOCIAL

Introducirse en el análisis de una metodología que parte desde la Educación Popular en el marco de los programas de vivienda con sectores de extrema pobreza implica el objetivo de apuntar a consolidar procesos organizativos autogestionarios donde los grupos sean los verdaderos protagonistas de los mismos.

            A nivel de los equipos técnicos esto implica una apuesta al trabajo interdisciplinario, donde las distintas disciplinas analicen la situación y lleguen a propuestas integrales que puedan ser rediscutidas por los grupos. Para el logro de una vivienda digna se hace necesaria la combinación entre las áreas arquitectónicas, legales, contables, socioeducativas, etc. Y éstos aportes deben estar al servicio de los requerimientos de los grupos para de forma dialógica y participativa ir logrando los objetivos en una tarea que articula dialécticamente el saber popular y el conocimiento científico, no visto como saberes contradictorios sino complementarios.

            A su vez desde el Trabajo Social con orientación en Educación Popular en indispensable un trabajo de organización y promoción que apunte al redescubrimiento de las potencialidades de los sujetos, estas están muchas veces ocultas, atrapadas, sumergidas en la medida que la cultura dominante ha logrado en forma muy sutil que los sujetos internalicen eso de que nosotros somos ignorantes, acá cada uno está para lo suyo en otros barrios se puede pero acá no.

           
            Se hace necesario un proceso de acompañamiento de la organización de los vecinos, donde el agente externo pueda contribuir a la explicitación y resolución de los conflictos grupales, a la transferencia de las herramientas metodológicas que aporten al autodiagnóstico a la planificación participativa a la autoevaluación.

            Debe intentarse trascender el objetivo en si de la vivienda para poder lograr una mejora real en la calidad de vida, donde se vayan satisfaciendo de forma gradual otro tipo de necesidades y donde se vaya construyendo una nueva hegemonía, en la medida que se consolida una organización ligada íntimamente con la vida cotidiana de la gente.

            Es importante la no definición a priori de los procesos, sino que estos deben irse articulando en la propia praxis en función de las características particulares de cada grupo, de sus pautas culturales, de su historia y niveles organizativos de sus vinculaciones con otras organizaciones sociales, de los liderazgo preexistentes, etc.

            Esto se articula con los procesos grupales que sobre todo si pensamos en la realidad de este sector, son lentos y conflictivos pero que son procesos, los cuales no pueden ser manipulados o dirigidos desde fuera y se hace necesario entonces articular estos procesos con la eficacia en el logro de los objetivos, buscando permanentemente el equilibrio entre estos dos aspectos.

            Es importante la gradualidad en el proceso de organización y el abordaje gradual por parte del grupo de problemas de complejidad creciente, de modo que los objetivos fijados no desborden la capacidad de conducción del mismo.

            Se trata de un proceso en espiral creciente, que vaya permitiendo de forma progresiva el afianzamiento de la autovaloración, la capacidad y el poder enfrentarse a situaciones de complejidad cada vez mayor, logrando de esta manera un verdadero aprendizaje a partir de la práctica y que el grupo no pierda la capacidad de conducción del proceso.

            Otra reflexión hace al carácter de nuestra intervención sin caer en una postura iluminista autoritaria del tipo “el técnico es el que sabe el que conoce” tampoco podemos caer en una postura de tipo basista en la que es “el grupo el que sabe, el que conoce su realidad, el único interlocutor válido de la misma”.

            Aquí también se hace necesaria la apuesta un trabajo dialógico, de carácter emancipador, donde se de un intercambio dialéctico entre distintos saberes, donde el educador tiene que desarrollar una actitud de estar dispuesto ha aprender y confiar en las capacidades y potencialidades de los grupos. Sin esta actitud de apertura y flexibilidad de parte de los agentes externos no es posible hablar de procesos educativos y organizativos de carácter liberador.

            Finalmente queremos resaltar la viabilidad y potencialidad del Trabajo Social con una orientación en Educación Popular desde tres dimensiones (según Romuldo Díaz) una ética, otra estética y otra política, donde se articulen por una lado una propuesta que defienda la vida a nivel de la subjetividad individual de la vida grupal, de la vida grupal y socioambiental, con los procesos educativos basados en la propia creatividad y potencialidad de los sujetos y con la construcción del poder popular.

CONCLUSIONES

En estos tiempos grandes sectores de la población se han visto empobrecidos como resultado de la sustitución del Estado Benefactor por el modelo neoliberal. Esta situación con el crecimiento de la ocupaciones en cantegriles, en edificios de cada vez más gente, dota de una fragilidad y conflicto a la estructura urbana. Este proceso es propio del desarrollo urbano capitalista, todos los elementos constitutivos de la ciudad son construidos y utilizados por la lógica del capital. Lo que es valor de uso para las mayorías se convierte en valor de cambio para las minorías “se generan así las contradicciones de base de la política urbana que opone los intereses de quienes se apropian de la producción y de los beneficios urbanos a los intereses sociales de quienes viven, trabajan y se reproducen en las ciudades. En este marco de lucha de intereses los sectores dominantes han realizado políticas sociales que intentan no quebrar esta lógica, dotándolas del carácter asistencial, pasivo, desigual y no perdiendo su carácter de “soluciones para pobres”.

            Nosotros sostenemos que la experiencia cooperativa es la más eficaz ya que actúa como satisfactor sinérgico, según concepto de Max Neef ya que no solo satisface la necesidad de protección sino que también lo hace con el de afecto participación, ocio, identidad, entendimiento y de creación y a veces de subsistencia como son los casos de la capacitación en la construcción y su ingreso en el mercado laboral formal.

            Este es un proceso de autoestima y del mejoramiento de la calidad de vida, modificando pautas culturales como el uso del espacio habitacional interno y externo común en la salud y en la confortabilidad del hogar.

            El espacio cooperativo sobre todo el de usuarios, permite un mayor control social del grupo en lo que hace a la estética de las casas sus obligaciones en la cuota, OSE, UTE, etc. (costos que no tenían que afrontar) y en la especulación de la vivienda, evitan como pasa en otros sistemas la venta de la casa ni bien se apropian de ellas, esto también es consecuencia de la valoración que experimentan en la realización de la ayuda mutua y la autogestión.

            Todo esto lleva a cuestionarnos si con esto no se viabiliza una integración a la sociedad desigual. Si bien creemos que esto pasa, también se debe tomar en cuenta el carácter alternativo al sistema dominante que puede crear una nueva relación con el Estado, cuestionando y trascendiendo la dualidad asistente-asistido, en la implementación de servicios autogestionados y en la progresiva aprehensión de experiencias de poder popular. A pesar de los beneficios, el sistema cooperativo debe ser reformulado para los grupos de extrema pobreza, necesita ser más flexible en su exigencia legal, económica y organizativa. Legal por la necesidad de los tiempos y capacitación que se necesita para entender la función de un estatuto y demás reglamentaciones que prevé la ley de viviendas. En el plano económico la exigencia de certificados de ingresos no prevé las changas el mercado informal o el hurgar, que son formas de subsistencia muy generalizadas en el sector. En el campo organizativo existe cierta dificultad de implementar las formas organizativas-autogestionarias del sistema cooperativo por lo que, proponemos un proceso progresivo que vaya de la cogestión con el equipo técnico a la autogestión.

            El sistema cooperativo para los sectores de extrema pobreza debe incorporar modificaciones que respondan a características propias, como por ejemplo un lugar para clasificar si es necesario priorizando los grupos cooperativos con menor cantidad de integrantes “respetando” en la medida de lo posible los procesos grupales apuntando a que no sean expulsados miembros del grupo original, el lugar físico, etc.

            Otra vecina decía “la casa le exige al vecino cambiar de estilo de vida”, esto debe formarse desde una experiencia de promoción no siendo tan así en las demás políticas.

            El sistema cooperativo tiene por ley, el asesoramiento del IAT (7), lo que le permite el acompañamiento de la experiencia y el proceso promocional educativo necesario para poder observar un cambio cultural en el proceso de la dignificación del hombre.

            Estas soluciones deben manejar sus tiempos y esto implica soluciones rápidas para que la urgencia no se vuelva frustración y el grupo inicial no sobreviva. Una vecina planteaba “hay dificultad para pensar en una vivienda a largo plazo cuando tenéis el rancho lloviéndose y los hijos tapándose con nylon”.

            El tiempo libre en los sectores de extrema pobreza opera como potencializador y a la vez como obstáculo, contradictoriamente si bien la mayoría de ellos no tiene trabajo estable, en el momento de poner, horas en la “obra” aparecen dificultades en el tiempo y son generalmente las mujeres las que asumen la mayoría de las horas. Es potencial ya que permite a pesar de lo antes mencionado, la participación en más horas de ayuda mutua, abaratando las casas, o mejor dicho, aumentando en calidad y cantidad la vivienda.

            También se debe tener en cuenta el lugar donde viven ya que favorece la identidad grupal, el arraigo, el vínculo con otras organizaciones reivindicativas y de ayuda, y por la relación con el medio para ganarse la vida como un concepto más amplio que lo laboral.

            La nueva vivienda supone una ruptura con su historia, aunque existe el duelo por dejar el rancho, se desaprueba a los que no optan por esto. Sobre estos otros vecinos se ha escuchado “son los que no quieren nada”, “la topadora es fuerte”, “se van a tener que ir porque afean las casitas”.

            Hay una nueva preocupación por lo estético, la higiene, la salud, el ingreso y el confort.

            También se debe tener en cuenta el habitat más amplio, esto implica la necesidad de una visión más macro de planificación urbana, de una reforma urbana, de acuerdo a los intereses de las grandes mayorías que viven y producen la ciudad.

            A su vez la vivienda debe ser tomada en todas sus dimensiones, político-urbano, ambiental, infraestructural, cultural, funcional, etc. haciendo los esfuerzos necesarios para que se de articulación entre estas áreas permitiendo así el mejoramiento de la calidad de vida en toda su magnitud.

            Esto nos lleva a pensar en que las políticas sociales deben ser integrales, articulándose que apunten a la dignificación del hombre y que a partir de la vivienda se satisfagan otras necesidades, no cayendo en la fragmentación de la realidad.

            Evidentemente atacar a las causas de la problemática de la pobreza extrema implica la modificación de las políticas macroeconómicas y estructurales, el propio sistema genera desigualdad por lo que todas la políticas son parciales en la medida que no transforman las causas que producen la pobreza.

PROPUESTAS

            Creemos que las políticas sociales de vivienda para los sectores de extrema pobreza tanto desde el Estado como de la sociedad civil deben contemplar:
            abarquilla construcción de sus nuevas viviendas en los terrenos que ya habitan o cercanos a éste, por lo ya expuesto anteriormente, por lo que debe haber una cartera de tierras nacional con una política de expropiaciones y de coordinación de tierras estatales no utilizadas.
            abarquilla financiación con subsidios de acuerdo a la capacidad de pago de los beneficiarios sin que este llegue al cien por ciento como es el caso de los BE.
            *Asegurar la calidad y cantidad de la vivienda adecuada al número de integrantes de la familia financiando tecnologías que abaraten costos y con servicios básicos.

            *El respeto a las pautas culturales, estructura familiar, tiempos (políticos y organizativos, agilizándolos) justificación de ingresos económicos, lugares para los clasificadores y tiempo libre.
            *Apostar a la capacidad organizativa y de movilización de los propios sujetos en torno al tema de la vivienda, aprehendiendo como ensayo-experiencia, “trasladándolo” a otros aspectos de su cotidianidad.
            *Esto último conlleva a la necesidad de un proceso educativo que acompañe a esta experiencia, apropiándose de ella, así como también de técnicas e instrumentos de autopromoción política, la negociación con el estado y otras instituciones, la desmitificación de la autoridad, promotores y multiplicadores de este cambio, que sea un proceso progresivo que vaya de la cogestión a la autogestión, acompañado de una progresiva autoestima individual y colectiva.
            A partir de lo planteado, discutido y analizado anteriormente podemos concluir que en cuanto al cambio cultural, no se han producido “cambios mágicos”, solo donde se dio un proceso educativo-organizativo se evidenciaron importantes cambios, no acabados, en la participación autoestima, multiplicación de la experiencia y en la calidad de vida. A pesar de esto, mantienen ciertas características que hacen a su valoración y cosmovisión que van a ser transmitidos a las próximas generaciones en condiciones materiales de existencia ciertamente mejores.

            Si bien hemos comenzado a responder mínimamente las preguntas que nos hicimos al momento del inicio, nos exige seguir profundizando en ellas, acercándonos a otras experiencias, a otros actores, a otros materiales, a responder nuevas interrogantes que este trabajo generó. Eficacia, tiempo, metodología y rol del TS. Hasta qué punto es positivo o negativo el cambio de consumo?.  Como cambian las nuevas generaciones con ese cambio de habitat y como conviven las “viejas” experiencias con las “nuevas”?. Con la participación en procesos de autogestión, se da una mayor inserción en otros ámbitos políticos (gremios, comisiones vecinales, partidarios, cuestionan-los artículación de experienciaa)?.

            Recogemos a Manategui en el final de este trabajo como el compromiso profesional y humano de que, “no solo luchamos por el pan, sino también por la belleza”.

A.S. ALEJANDRO CASAS           A.S. MARIA OLARIAGA   A.S.MAURICIO PADRON
BR. ANDREA BUELA        BR. GUSTAVO MACHADO   BR. NORMA PEREYRA


ANEXOS

1)        Cantegril. Se denomina así en Uruguay a los asentamientos precarios,¿pueden ser sinónimos de las “favelas” brasileñas o las “villas” Argentinas

2)        MEVIR. Es una Comisión Para Estatal, surgida en 1968 con el cometido de erradicar la vivienda insalubre rural. Actúa en el interior del país, creando pequeños asentamientos humanos, con viviendas decorosas, donde los beneficiarios aportan mano de obra para la construcción de la totalidad de viviendas. Actualmente lleva más de 9000 unidades construidas.

3)        Plan Habitacional Aquiles Lanza. Es un proyecto municipal que se realizó en Montevideo entre los años 1985-89, para erradicar los asentamientos precarios, se construyeron viviendas básicas en el lugar donde ocupaban con anterioridad y los beneficiarios aportaban mano de obra para la construcción de todo el asentamiento.

4)        Núcleo Básico Evolutivo (NBE). Es el modelo de vivienda impulsada por el gobierno nacional entre 1990-95, que es una vivienda de 30 m2, sin terminaciones y con predio para la evolución posterior a cargo del beneficiario, se ubica en zonas periféricas de las ciudades y se accede por medio de una inscripción de los interesados en el Ministerio de Vivienda y un pequeño ahorro. Este sistema es financiado y sugerido por el BID.

5)        Las Cooperativas de Vivienda son formas de acceso a la vivienda creadas por la Ley de Vivienda de 1968, aunque ya existían algunas experiencias sui generis. Son de dos modalidades de ahorro previo, donde los beneficiarios se unen y ahorras parte del valor de la vivienda o de ayuda mutua, donde los beneficiarios aportan su mano de e obra en la autoconstrucción de todo el complejo. Estas últimas son las de más desarrollo, cuanti y cualitativo, suponen una organización autogestionaria desde su formación, hasta la obra y la convivencia posterior. Pueden ser de propiedad individual o colectiva. Ya se han construido más de 15.000 unidades y doscientas cooperativas esperan una préstamo del gobierno.

            La ley creó además un instituto de Asistencia Técnica [1] que la acompaña en el proceso de formación y obra.

6)        MOVIDER es el Movimiento pro Vivienda Decoroso, que surgió por 1983 (últimos años de la dictadura militar) que organizó a los habitantes de asentamientos precarios e irregulares. Tuvo su climax hacia 1965-90.



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Semanario Brecha             Varios.


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Taller “C” Educación Popular de la Escuela Universitaria de Servicio Social.
Trabajo Social, Educación Popular y sectores de extrema pobreza.
Taller “C” Educación popular de la Escuela Universitaria de Servicio Social.

ENTREVISTAS

Vecina de la ComunidadLa Palmera”              Organización San Vicente
Vecinas de Comunidad Santa María.                Organización San Vicente
Inés Cáceres, Asistente social                            Organización San Vicente
Instituto de Asistencia Técnica HACERDESUR
Madres y jóvenes                                                   Cooperativa “la Esperanza
Antropóloga                                                            Sonia Romero.
                                              



[1] IAT. Son institutos de Asistencia Técnica, creados por la Ley de Vivienda en 1968, para asesorar y acompañar a las cooperativas de vivienda. Están integrados básicamente por Arquitectos, Asistentes Sociales y Abogados, también lo integran un Contador, el Escribano y un Agrimensor. Se financia con parte del pre´stamo de la cooperativa y la asesora hasta el momento que se entrega la vivienda.