VIVIENDA Y CAMBIO CULTURAL:
REFLEXIONANDO SOBRE EL BLOQUE
...LA UTOPÍA POSIBLE
A.S.
ALEJANDRO CASAS
A.S.
MARÍA OLARIAGA
A.S.
MAURICIO PADRÓN
BR.
ANDREA BUELA
BR.
GUSTAVO MACHADO
BR.
NORMA PEREYRA
(Mayo,
1995, Montevideo, Uruguay)
Introducción:
En este trabajo recogemos las
primeras conclusiones de una investigación que estamos realizando sobre, el
cambio cultural que se produce a partir de la implementación de políticas de
vivienda con sectores de extrema pobreza.
Convencidos de que es preciso poner
el tema de las alternativas de desarrollo para los sectores populares en el
centro del debate de nuestra comunidad profesional presentamos este trabajo que
intenta poner en discusión, buscar soluciones y propuestas sobre un tema que
surge de nuestras prácticas curriculares y profesionales.
Para lograrlo recurrimos como ya
dijimos, a nuestras experiencias y a las de otros (algunas sistematizadas y
publicadas, otras “contadas verbalmente”), que fueron nutriendo y motivándonos
en esta apuesta a la discusión, el análisis, y a la pretendida teorización a
partir de la conjunción de todo esto.
Preguntas que guiaron este trabajo
fueron: ¿el cantegril (1) se “erradica” solucionando la vivienda?, ¿es esta una
necesidad real?, ¿no queremos con esto integrarlos al standard de vida
dominante?, ¿el cooperativismo es una alternativa viable para el sector?,
¿puede catalogarse el cooperativismo como un satisfactor sinérgico?, ¿cómo
actúan los procesos educativos en los grupos?, ¿y si se prescinde de ellos hay
un cambio cultural?, ¿hacia dónde?.
La necesidad de contextualizar estas
situaciones nos llevó a ubicarnos en América Latina, como forma de entender la
lógica de la dependencia, para luego centrarnos en nuestro país, recorrer
brevemente su historia visualizando la relación entre Estado y Sociedad Civil.
Consideramos que este debería ser el
encuadre global y puerta de entrada para la conceptualización y caracterización
del sector.
Focalizaremos el análisis en algunos
ejes temáticos que entendemos son claves para intentar aproximamos a la
formulación de algunas conclusiones; dichos ejes son: Organización y
participación, el tener y ser en la nueva casa, autopercepción y Rol del
Trabajo Social.
Creemos importante aclarar que en
estos ejes tratamos de ir dando algunas propuestas y respuestas que de por sí
son productos concretos del trabajo, más allá de que al final formulamos
conclusiones y propuestas que intentan sintetizar el contenido de los
diferentes ejes.
URUGUAY
EN EL CONTEXTO DE AMÉRICA LATINA:
“La división internacional del
trabajo consiste en que unos países se especialicen en ganar y otros en
perder”.
Eduardo
Galeano
Ubicando los elementos esenciales
del funcionamiento del sistema capitalista y comprendiendo su lógica, se puede
comprender sus contradicciones y visualizar quienes resuelven las mismas: los
países dependientes. Existe una necesidad de periferias en la economía
capitalista: América Latina ejerce un papel clave resultando ser dominada por
los centros pero ejerciendo el peso máximo de la contradicción con periferias
dentro de ellas mismas.
Uruguay puede diferenciarse por su
peculiaridad demográfica, su bajo crecimiento vegetativo, su altísima
emigración con una menos distribución del ingreso y una mayor negociación de
sus trabajadores, esta diferenciación se diluye hacia 1950 donde la profunda
crisis económica, política y social se comienza a asemejar con el resto de los
países de América Latina. Coyunturalmente a esta crisis existe en el mundo un
continuo desafío de coorporización, donde el MERCOSUR ejerce un papel
preponderante en el proyecto neoliberal de estos países del sur.
Nuestro país, dependiente y
subdesarrollado, se consolida como tal en 1870 con regímenes dictatoriales,
quienes logran insertarlo en el Esquema Económico Mundial, organizando y
unificando un país que gozaba de “independencia” desde 1830.
En los primeros años del siglo,
mientras se afianzaba la identidad nacional y estatal, olas de inmigrantes
poblaban nuestro territorio. El Batlismo, basado en el modelo Keynessiano del
Estado Benefactor, trasladó parte importante del excedente del campo en
beneficio de una ascendente clase media, y los noveles sectores de
trabajadores, el Estado aparece dinámico, proteccionista y diversificador de la
economía, éramos la “Suiza de América”.
La prosperidad del estado
industrial-benefactor se quebró cuando el mercado interno se satura y la
estructura agropecuaria no se modifica. A esta altura ya se firman las primeras
cartas de intención con el FMI pero las recetas estabilizadoras no eran
efectivas.
En la década del 60 en Uruguay como
en toda América Latina se viven momentos de conmoción social facilitados por la Revolución Cubana ,
la acción guerrillera, el terrorismo estatal y el agotamiento del Estado
Benefactor. Esta situación y la inestabilidad político-económica trajo consigo
la dictadura militar.
Este régimen no solo no solucionó es
estancamiento económico sino que lo hizo más dependiente, multiplicó por 7 la
deuda externa, generalizó el miedo y llevó a la pérdida del salario real de los
trabajadores más del 50%.
En la década del 80 la dictadura
perdió el pretendido apoyo interno y externo. Dando paso desde 1984, a gobiernos
democráticos de los dos partidos tradicionales de derecha que redujeron el
estado hasta donde pudieron apostando a una integración neoliberal arancelaria
con los demás países del cono sur, mientras las grandes mayorías siguen
postergadas y en la capital gobierna la izquierda con un proyecto netamente diferente.
POLÍTICAS
HABITACIONALES EN EL URUGUAY
La políticas en vivienda surgen en
1937 con el Instituto Nacional de Vivienda Económica, ampliando su producción a
lo largo del tiempo sin llegar a los niveles óptimos. Estas políticas las
podríamos caracterizar en cuatro grandes grupos.
Las primeras son las que tienen un
carácter asistencial que se dan hasta 1969 aproximadamente, que no toman en
cuenta las pautas culturales de los beneficiarios tendiendo a su pasividad sin
procesos educativos. El resultado de ésto es en la mayoría de los casos es la
venta “de lo que se regalo” o de parte de ellas (puerta, griterías), o la
introducción del caballo, sustento de vida. Este resultado opera como obstáculo
de la mentalidad colecta a la hora de invertir en viviendas para el sector.
Otro tipo de políticas es el caso
del MEVIR (2) o el Plan Aquiles Lanza (3), que lejos de organizar a los
beneficiarios utilizan “forzosamente su mano de obra” con el sistema de la
ayuda mutua, como dice V.Giorgi. “Tomaron la ayuda mutua de las cooperativas en
una toma perversa”. Lo ineficaz de este sistema fue la no realización de un
proceso educativo autogestionario, que acompañe el proceso de autoconstrucción.
Muchas veces no radica el cantegril por la venta posterior que se hace de las
unidades y por no ser de carácter integral, al decir de otro vecino “la pinta
es muy buena pero la construcción en si no empezamos bien pero terminamos mal”.
Un tercer grupo son los Núcleos
Básicos Evolutivo (4), con bajos costos y calidad sin trabajo educativo
organizativo, sin tomar su propia cosmovisión manteniendo el hacinamiento y el
desarraigo.
Por último las cooperativas (5) o
formas cooperativas de ayuda mutua, que para el sector son relativamente nuevas
y surgen como alternativas al NBE, promovido por el gobierno nacional. Estas
experimentan una organización autogestionaria y participativa que no solo
permite una vivienda de mayor calidad sino que la trasciende en la satisfacción
de otras necesidades.
RELACIÓN
ENTRE ESTADO Y SOCIEDAD CIVIL
Continuaremos el análisis con el
tema de las políticas sociales, cuando estas parten desde el estado las vemos
como el esfuerzo planificado por intentar reducir las desigualdades sociales,
mientras que cuando parte de organizaciones de la sociedad civil, las vemos en
la búsqueda de formas de autopromoción.
A su vez si partimos en general de
la realidad de la políticas sociales impulsadas desde el estado en el marco de
los países latinoamericanos. Vemos una subordinación y falta de integración con
las estrategias de crecimiento de tipo neoliberal que generan por si mismas
efectos contraproducentes a los que pretenden tener las políticas sociales. En
este contexto estas solo tienen un alcance paliativo, privilegiando soluciones
a corto plazo que pueden incluso llegar a perpetuar los fundamentos
estructurales de la pobreza.
Otras características que presentan
generalmente las políticas sociales en nuestra realidad son su carácter
verticalista negando la participación de los sujetos, fragmentadas en la medida
que satisfacen necesidades de forma parcial y asistencialista ya que cohiben
formas de autopromoción.
Las políticas sociales intentan
convertirse en satisfactores de determinadas necesidades muchas veces se
convierten en satisfactores singulares en la medida que satisfacen una sola
necesidad. Pocas veces estas aportan satisfactores de tipo sinérgico que
satisfacen una necesidad concreta y contribuyen al mismo tiempo a la
satisfacción de otras necesidades.
Resulta fundamental en las políticas
sociales el componente político, que hace a la participación en gestación,
aplicación y control de las mismas. Entendemos a la participación como un
proceso de conquista, en constante reformulación, apuntan en esencia a la
autopromoción. no la podemos entender como una dádiva, como una concesión ni
como algo preexistente, es a la vez un medio y un fin en si misma, ya que es un
instrumento para la autopromoción y es al mismo tiempo la propia autopromoción.
Otro eje de análisis lo constituye la relación entre sociedad civil y estado y
el concepto de hegemonía.
En el contexto del capitalismo
dependiente de los países latinoamericanos concebimos el estado en una sentido
amplio, trascendiendo el concepto de lo público, como la unidad entre parte de
la sociedad civil y la sociedad política sintetizando el estado las funciones
de dirección o hegemonías y de dominio o coerción de las clases dominantes.
A su vez es en la sociedad civil
donde las clases dominantes expresan y ejercen su hegemonía o dirección sobre
el conjunto de la sociedad pero también es fundamentalmente en este espacio en
el que las clases dominadas luchan por la institución de una nueva hegemonía.
De esta manera la construcción de
una buena hegemonía pasa por un nuevo proyecto económico pero fundamentalmente
por un nuevo proyecto cultural. Así una clase se vuelve hegemónica no en tanto
logra imponer una concepción uniforme del mundo al resto de la sociedad, sino
en cuanto logra articular distintas visiones del mundo en forma tal que el
antagonismo potencial de las mismas resulta neutralizado.
CARACTERÍSTICAS
DE LOS SECTORES DE EXTREMA POBREZA
Existen entonces poblaciones que
sufren distintas presiones tales que van oprimiendo al ser humano al punto de
limitarlo casi al máximo. A través de la inestabilidad laboral de las
condiciones de vida infrahumana en las que están sometidos, con necesidades que
no llegan a cubrirse por no tener acceso a su satisfacción, es que el hombre va
perdiendo su autoestima, su libertad, esclavizada de mil formas y se prostituye
de otras tantas.
La miseria comienza con lo
económico, al no tener un trabajo estable que le permita por lo menos
reproducirse como trabajador, sumado al aumento de alquileres que desde el año 78 ha venido incrementándose
a tal punto que hacen insostenible para ciertos sectores de la población
obtener por este medio un techo. Comienzan las ocupaciones de casonas,
pensiones y hoteles en la planta urbana y más tarde terrenos o espacios libres
creándose verdaderos cinturones de pobreza ubicados en la periferia de las
ciudades.
Se trata de un sector de extrema
pobreza, el hombre sufre la impotencia de brindarle a su familia el bienestar
necesario, no puede mantenerla porque no tiene un trabajo fijo, no puede hacer
más que changas, salir con el carro o recolectar desechos y el que en suerte
tiene un trabajo es el depositario de todas estas carencias en la familia, se
ve así mismo culpable y lo hacen sentir así también. La necesidad de demostrar
su autoridad se viabiliza en ocasiones por las golpizas a su cónyuge y algunas
veces a sus hijos. Así el machismo y el matriarcado son una forma de demostrar
o de demostrarse, para no sentir que el desprecio que los demás le tienen,
ellos también lo experimentan.
La mujer cumple un papel fundamental
en el hogar a través del permanente contacto con sus hijos, como reproductora
de los valores de este sector. La familia generalmente se convierten en
matriarcados en los que aún después de casados los hijos se quedan junto a su
madre ya sea viviendo en la misma casa o en el rancho de al lado.
En lo organizativo ellas tienen un
gran peso en la iniciativa son las que se mueven, las que manifiestan
inquietudes de cambio, de querer ofrecerle algo mejor a sus hijos. Son los
motores organizativos, las que manejan la dinámica barrial desde los rumores a
las intimidades empapadas de esa vida cotidiana pueden visualizar más
fácilmente el trabajo colectivo y las posibles soluciones, pero en
contraposición a este gran peso en el hogar y en lo barrial, es el hombre el
que generalmente toma las decisiones.
Al momento de ocupar cargos son
ellos los que están presentes, las mujeres ceden el lugar al hombre para que
este decida. Se plantean casi siempre por este motivo una organización que pasa
estrictamente por lo formal (comisiones barriales de fomento) con sus
respectivos cargos.
Predominan generalmente las
relaciones de parentesco entre los vecinos, que junto a las de afinidad y
amistad se mantienen dentro de los límites del cantegril. Dichas relaciones
pueden aparentar solidaridad, pero también manifiestan profunda desconfianza
del otro, moviéndose en esa ambigüedad de individualismo y solidaridad.
Aquellas que establecen con los que están en su misma condición social o no ya
se dentro o fuera del cantegril, tienen cierta base materialista y de
utilitarismo.
Manifiestan una “incapacidad” de
proyectarse al futuro acostumbrados a vivir el hoy sin preocuparse si mañana
tienen o no, dificultad de aprender de la experiencia que el trabajo colectivo
logra superar y subir la autoestima demostrándoles que si son capaces si
realmente se organizan.
Es importante resaltar el carácter
adaptativo de muchas de las características culturales del sector en función de
las condiciones materiales de vida. Son a menudo depositarios de parte del
resto de la sociedad de las imperfecciones y prejuicios de otras clases
sociales cuando se los tipifica como “vagos, los que están así porque
quieren...”
Actualmente en esa necesaria
seguridad de algo donde pisar, el mosaico de oportunidades ha ido modificándose
sustancialmente ya no solo en cuanto a espacio físicos sino también en lo que
cabe a ubicación geográfica y servicio.
El entorno ofrece ciertas
oportunidades que operan en cierta medida, como generador de potencialidades
que van desde el trabajo estable (fábrica, industria, comercio policía
militar), hasta las mil diversas formas de subsistencia alternativa al mercado,
formal de trabajo (changas, clasificación de residuos).
Otros servicios del entorno son
vistos y vividos como alternativos, que ofician como un sistema de seguridad
social satisfactor de demandas puntuales (centros de salud comedores
municipales, parroquiales) posibilitándoles organizar sus escasos recursos de
tal manera que cierto margen de tal manera que cierto margen de estabilidad les
permita estructurar tanto su vida cotidiana como sus proyectos a mediano plazo.
Los colgamientos el barro, la
canilla en la esquina, la falta de espacios verdes, los pasajes internos
intransitables, los basurales, la falta de alumbrado público, el transporte que
generalmente no llega, son la esencia de su naturaleza y potencializador de
pequeñas movilizaciones.
Sobre este suelo (municipal estatal
privado) transforman las formas arquitectónicas ortodoxas, la digestión ajena
les deja sus paredes, sus puertas, ventanas, techos y mobiliarios varios son la
materia prima de sus estrategias habitacionales y por tanto revelan la
adaptabilidad de los hogares, con límites elásticos, construcción de la
vivienda, cambios según las estaciones del año (mirando al sol en invierno, de
espaldas en verano) las ampliaciones por etapas no planificadas sobre espacios
reducidos en base a su disposición adicional de recursos y cambios en las
necesidades, las mudanzas (por momentos semanales) la cesión y/o venta de espacios
a parientes y vecinos.
No es por pecado de ser pobres y lo
peor muchos que por gusto, viven apilados la solución de la tierra donde pisar
es funcional a las cambiantes necesidades familiares espaciales a lo largo del
ciclo de vida y por su lógica muy elástica.
Comparten en la misma pieza el
sueño, el despertar, el cocinar y correr el acto de amar, las necesidades
biológicas (a veces compartiendo el baño con vecinos y parientes, otras, la
intemperie los cobija), conviviendo y chocando las dinámicas cotidianas de cada
integrante del núcleo familiar.
Imprimiendo un nuevo giro al trabajo
nos concentramos en el análisis de algunos ejes temáticos que entendemos son
claves para intentar aproximarnos a la formulación de algunas conclusiones que
sirvan como puntaje inicial para profundizar en estrategias de intervención,
desde nuestra profesión orientada al sector de extrema pobreza.
ORGANIZACIÓN
Y PARTICIPACIÓN
Así, consideramos a la organización
como el salto cualitativo en la postura frente a la realidad, es un grado de
maduración de la conciencia y que para el caso de los sectores populares
encierra el desafío a construir la expresión organizada de un sector comúnmente
desvirtuado en su significación en cuanto agente de cambio social ligado a este
(concepto “nacido” con él), nos inclinamos por definir a la participación,
simplemente como las distintas modalidades de ser, hacer y estar de los sujetos
y sus organizaciones cotidianas, enmarcadas dentro de un proceso de
autopromoción política.
A los efectos de facilitar la
comprensión tomaremos dos grandes categorías que aporten a una presentación de
lo organizativo-participativo: la una será en cuanto a la estructura
(merenderos, comisiones) grupos de intereses que aparecen como mas permanentes
dentro de la dinámica barrial y que reflejan globalmente la “inquietud
concreta” frente a determinadas problemáticas sociales y a partir de su
creación la actitud tácita de que por su sola formación se esta transformando
esa “microrealidad”, siendo “referentes” claves en la historia organizativa.
La otra categoría vista como
proceso: acontecimientos, pasos, reflexiones y ación que frente a la realidad,
y en la necesidad de responder a ella coherentemente con sus intereses, han ido
desarrollando.
Responde más a la dinámica de
funcionamiento interno y externo a los procesos cotidianos colectivos que
reflejan su situación de clase su cosmovisión del mundo, campo fértil a partir
del cual descubrimos las contradicciones y potencialidades nuestras y de ellos.
Veamos ahora, como estas “Categorías
didácticas” se van entrecruzando e influenciando las unas con las otras y con
el mal llamado “mundo externo” que los rodea, envuelve y cura permeándose en
las más diversas manifestaciones del sector.
Así, en nuestras profesiones (como
también en algunas entrevistas realizadas) hemos podido constatar, por ejemplo:
la reproducción de los referentes globales y generalmente de las relaciones
burocráticas que de aquellos derivan a saber: la necesidad de formar o formar y
luego tener, una comisión “llena” de cargos, con una doble causalidad “más
palpable”, por un lado, opera el control “sobre” (disfrazado de efectividad,
capacidad operativa y dinámica para organizarse) y aquel que otorga cierto
status.
Esta modalidad encierra ciertas
“negatividades” a la hora de privilegiar potencialidades como lo es la
concentración de responsabilidades en la cual, esta el conjunto de vecinos que
“exige” a los más “activos”, “estar” en los distintos ámbitos, por otro lado,
estos pocos que absorben las actividades concentrando la información sobre la
base de la sobre valoración de experiencias personales y desvalorización del
“otro” fomentan una organización encerrada en si misma incapaz de interpretar
los verdaderos intereses del colectivo, llevando así a un desgaste conjunto,
obstaculizando los procesos participativos de los vecinos.
Muchas veces reproducen el “viejo
concepto de participación” en el entendido de valorar el ”estar” como algo
predefinido en los siguientes términos cuando valorar mayoritariamente la
presencia física o la realización de una tarea concreta, siendo menor el
énfasis en los contenidos y significados expuestos por los participantes.
Pero algunas capacidades
preexistentes a procesos promocionales (solidaridad formas de agrupamiento,
soluciones a problemas comunes) posibilitan ir revirtiendo esas prácticas,
constituyéndose en aportes cualitativos que refuerzan paulatinamente sus formas
de “resistencias” el festejar cumpleaños, días del niño, aniversario “los
reyes”, el ayudar al vecino a levantar un muro, el alumbrado, el agua, los
caños, todo para el mejoramiento del barrio.
Los integra, se reconocen y recrean
desde lo que les es propio y característico, modificando así “estructuras
formales” de participación y organización redimensionando a su manera, estas
experiencias e historias organizativas que encierran sus marchas y
contramarchas.
Muchas veces a partir de cosas
concretas (basurales, falta de agua, pasajes intransitables) se establecen
relaciones de participación para alcanzar un objetivo puntual que a veces llega
a su término una vez solucionado, pero que otras, sirve de catapulta para
comenzar a agruparse por problemas más colectivos y que requieren de una lucha
mayor como por ejemplo, el logro del terreno y luego la vivienda, donde el
tiempo influye y condiciona ya no sólo la dinámica de funcionamiento sino
también todo aquello que hace a las organizaciones, sus objetivos y metas, a
ese juego interno que se da en espacios formales e informales.
Es que desde lo puntual por más
chiquito que sea, se va revalorizando el desarrollo y potencialización de su
creatividad y capacidad inéditas, sus capacidades e propuestas y de generar
formas organizativas que por su autenticidad se vuelvan, lugar del verdadero
ejercicio del poder popular.
Así se perciben algunos grupos con
los que hemos tenido contacto permanente y en otras mediante entrevistas que
sirvieron de soporte para este trabajo, que mediante el rescate cultural y
subjetivo del sector, se potencializó la autopercepción individual y colectiva,
reflejándose en una participación y organización “crítica” del proceso. Así una
vecina dice...”y apareció el Plan Piloto de MOVIDE (6) un poco para demostrarle
al gobierno que los pobres también podemos administrar la plata y construir por
ayuda mutua, lejos estaba el sueño de la vivienda que era preponderante para
cambiar el estilo de vía y lo fundamental es que se mantenga la comunidad”.
A partir de su lucha por un derecho
que al decir de ella “que según la constitución todos tenemos”, este grupo de
vecinos construye su vivienda y comparte otros espacios organizativos con otras
cooperativas en construcción, con arraigo en su zona (ideal hecho realidad
aquel de la identidad barrial también por una pelea y negociación de organizaciones,
propietarios de terrenos y ellos mismos).
En otros grupos el proceso de
construcción hoy hecha realidad “la casa propia” los ha motivado a tener el
confort colectivo y compartido del salón comunal, heladera, cocina, lavar ropa,
buena muestra que aún quedan cosas por construir en común.
Pero todo esto, no se da por si
solo, requiere de un trabajo continuo, de una práctica de aprendizaje mutuo
(agente externo-sujetos) de una imprescindible elaboración teórica y las
acciones que la misma gente haga acerca de la ubicación de la sociedad, de una
actitud dialógica que autodescubre su preocupación, sus intereses y
potencialidades, consolidándose como sujeto colectivo que desmitifica visiones
mecanisistas e inmediatas que compartimentan el mosaico de la “cultura de lo
diferente” que por “diferente” se constituye en el verdadero “taller de
contradicciones potencializadoras”.
Nos posibilita trabajar sobre esas
críticas y autocríticas desvalorizantes, en aquello de ver la responsabilidad
como ajena, los no logros, los etiquetamientos, el ver al tiempo como único
responsable o compartiendo con Dios o el destino o el “haber nacido pobre”. Los
“fracasos” cotidianos, el monopolio o silencio de la palabra, o el rumor o la
información compartimentada los liderazgos y las relaciones de poder que se
generan, el control ejercido sobre todo y todos la violencia del vulnerable
sobre su vulnerabilidad las prácticas “utilitaristas” en tanto no se plantea
aportar en el mismo nivel con el que se busca “lograr”.
Es preciso superar esa concepción
estática de la caracterización del sector que estaba en separar las
negatividades de las potencialidades no se trata de dos bloques separados sino
de una realidad dialéctica, compleja donde ambas se entrelazan.
Se ha visualizado ciertos cambios en
su apertura a lo local ya no como “ajeno” sino como algo propio en donde
incidir y aportar (el grupo hacia adentro y hacia el resto de la comunidad), la
cooperativa “abierta” al barrio, apoyando a otros grupos en el mejoramiento de
los servicios existentes en la aprehensión de técnicas y “teorías” que desde su
realidad se “traspasan” para ser nuevamente reformuladas coordinaciones en los
plenarios, orden del día, planificación de temas y actividades en conjunto.
En otros espacios, el ejercicio de
la participación y la toma de decisiones en los distintos temas (modalidad de
construcción, reglamentos equipos técnicos) permite ir rompiendo sus
“autobloqueos”: “no tengo labia... yo hablo a lo bruto...aquel habla mejor”,
posibilitando una valorización personal que contrarresta esa segregación social
que nace en la ideología dominante y es “introyectada” en ellos (“antes no
hablada y ahora soy una cotorra loca”).
El reglamento aparece siempre como
una dificultad, una vecina plantea “proyectar un reglamento en base a un sueño
y después en la práctica te desilusiona...se trataba entonces de
resolverlos...sin llegar a definir el proceso en forma previa, porque te hace
soñar mucho y desilusionarte con mucha fuerza y perdés un montón de gente
porque el reglamento se utiliza para cortar cabezas”.
AUTOPERCEPCIÓN
Las modificaciones en la
autopercepción de las personas que hemos verificado en las entrevistas, se
deben enmarcar dentro de un proceso de ayuda mutua en relación con la
vivienda.-
Vemos cambios fundamentales en la
autoestima en lo que hace a la valoración de si mismos y de su colectivo. El trabajo en conjunto con un objetivo común
genera muchas contradicciones a la interna del grupo, se cuestionan su
capacidad de poder llegar y cuando lo logra y aún antes cuando se encuentran en
el proceso debiendo vencer las dificultades que en el medio ejerce son capaces
de lograr lo que se proponen.
Cambia la visión que tienen de sí
mismos entre el antes y el ahora, en cuanto a la postura física, el contacto
con el otro, en lo organizativo, se sientes de otra forma en el barrio, en el
mundo.
Como planta un vecino “antes eran
los malandros, ahora son los nenes de mamá y papá...el cambio se notó
muchísimo, de un lugar errado donde siempre se veían las mismas caras a estar
en un espacio abierto rodeado de gente que pasa, siempre vez diferentes caras,
ya no es solo lo mismo...”.
El tener una vivienda nueva genera
varios cambios.
Comienza a ser más preocupante la
higiene, manifiestan que antes era difícil mantenerse limpio en el rancho y
ahora los chiquilines pueden estar prolijos. Una vecina relata...”el
deslumbramiento es el baño en que te podés bañar con agua caliente, el estar
limpio, como que dan otra imagen, vos te sentís mejor”.
El baño es una de las piezas claves
dentro de la nueva casa, lo valoran muchísimo e inclusive cuentan que al
principio se pasaban bañando y no conocían los elementos de éste.
Antes el rancho único lugar para
cocinar, dormir, bañarse, estar. Ahora, una casa con más espacio mayor y mejor
distribución de ellos, le genera un cambio en su conducta y una readaptación a
su hábitat. Estos espacios se comienzan a separar para cocinar, para bañarse,
para dormir, genera una división entre los hijos de diferentes sexos y entre
éstos y la pareja. Esto permite mayor intimidad y el tener su lugar en la casa.
Antes se avergonzaban de dónde y
cómo vivían, pero los cambios generados por la vivienda les permite en el caso
de los jóvenes, por ejemplo, llevar amigos a su casa pudiendo demostrar que han
cambiado, cosa que influye directamente en la autoestima) y en su relación con
el otro. Estos lazos de amistad ya no solo se dan en el endogrupo, sino hacia
afuera, también la búsqueda de pareja comienza a realizarse fuera de la comunidad
“acá ha cambiado...decía un joven, allá no llevábamos amigos y acá sí, es como
la novedad del barrio, acá tenemos mucho más amigos, los padres no se
acostumbran. Vienen charlamos, vamos a los bailes...allá entrabas y te daba
vergüenza por el olor, el estado del edificio, por la disposición...en esas
piezas donde vivían los pobres”.
Otro aspecto que se modifica es la
visión del Otro en el que depositan sus contradicciones, donde ven errores que
no ven en ellos mismos, estableciendo una relación contradictoria, por una lado
el otro es plausible de ayuda, pero también aparase como amenaza, generando
miedo y solidaridad.
Otro cambio, quizás el más
resistido, es el que se produce a raíz del traslado a otra zona que aparece
desconocida, el arraigo que tienen al barrio que dejan no pasa únicamente por
su rancho, sino también porque este es fuente de trabajo y de sobrevivencia
para ellos. Al darse un cambio de hábitat se deben reacostumbrar a otro barrio
y muchas veces a otro tipo de trabajo.
Cuando hablamos de todo esto, no
podemos dejar de pensar en lo afectivo, en que el arraigo, las relaciones
individuales y colectivas modifican toda su estructura afectiva, se tienen que
desprender de cosas que son su medio de vida, su seguridad, cambian mucha cosa
y al mismo tiempo todo cambio trae implícito una inseguridad más cuando
pensamos en las características del sector.
Se produce la combinación entre el
deseo y el miedo al cambio, es vivir este cambio como positivo demorando lo más
posible el proceso de desprendimiento, es muy significativo lo que nos cuenta
una vecina: “hace tres años que vivo en la casa nueva y el rancho lo desarmé
recién la semana pasada”. Te arraigas a eso, yo en ese rancho viví muchas
tristezas, muchas alegrías, nacieron mis hijos. Ahí planté, transplanté
paraísos, tenés una sombrea, tenés una privacidad que la hiciste vos y de
repente tal perfecto, cambias, te vas a una casa a donde vas a estar mejor pero
todo eso que acumulaste ahí, cómo te cuesta desprenderte”.
EL
TENER Y EL SER EN LA NUEVA
CASA
Es preciso, para analizar los
cambios culturales producidos en la forma de habitar la nueva casa, considerar
que en esta sociedad, que tiene como pilares fundamentales de su existencia, la
propiedad privada, el lucro y el poder adquirir poseer y lucrar son los
derechos sagrados e inalienables del individuo en la sociedad industrial.
Al decir de Fromm “a nadie le
importa en dónde y cómo adquirir mi propiedad ni lo que haga con ésta; mientras
no viole la ley, mi derecho es ilimitado y absoluto”.
Como pueden satisfacer o aún
enfrentarse a su pasión de adquirir y conservar las propiedades o como pueden
creerse propietarios los que no tienen propiedades?.
Aún los que tienen pocas propiedades
poseen algo y aprecian sus escasas posesiones, tanto como los capitalistas
aprecian las suyas. También los sectores populares sienten necesidad de
conservar lo que han conseguido y por aumentarlo aunque sea en una cantidad
mínima.
El tener no es solo poseer bienes
materiales casa, auto, muebles, etc. sino también se debe incluir la pareja,
los hijos, los amigos que en estos sectores son “cosas” según Fromm, que se
tienen en abundancia.
Tratando de ejemplificar lo que se
ha venido diciendo: cuando los sectores populares después de participar en un
proceso que les permite “tener su casa” comienzan a equiparla comprando muebles
nuevos, electrodomésticos, cuando durante ese proceso comparan cosas y las
guardan para la nueva casa, cuando tratan de arreglarla y la cuidan como forma
de conservarla.
En estos casos comienzan a actuar en
ellos, esa necesidad de tener, de poseer que les fue transmitida pero que
seguramente por infinidad de factores nunca o casi nunca pudieron poner en
práctica.
Estos sectores nunca consumieron?
Obviamente sí, quizá lo hicieron para
satisfacer una necesidad recreativa al adquirir una T.V., un equipo de audio.
Pero el tener la casa modifica ese modo de adquirir pasando a no ser solo para
eliminar su necesidad de diversión sino consumir en función de la estética, del
confort, de la seguridad. Empezando a jugar con más fuerza que antes el tener
relacionado al status, a la posición que se ocupa en el grupo al que se
pertenece.
De las entrevistas realizadas ha
surgido con fuerza todo lo dicho anteriormente, pero la modificación de pautas
culturales se denota en varios aspectos.
Cambian las fuentes de trabajo. Al
participar en este tipo de procesos las personas adquieren capacitación que les
permite por ejemplo “dejar la clasificación de residuos, para comenzar a
trabajar en la construcción de sereno”
También se producen cambios en la
dinámica familiar en relación con la limpieza tanto de la casa como persona,
cambia la forma de alimentación, ya sea de cocinar como de comer, el uso de los
espacios, la relación con los hijos y con el barrio, al decir de ellos “ahora
somos realmente una familia”.
Entre estos cambios debemos
mencionar el contacto con organizaciones e instituciones, también en relación a
este aspecto se producen transformaciones, comienzan a pararse como iguales”.
Se produce una desmitificación de la autoridad que les permite “enfrentarse” a
ella y discutir en un plano más horizontal.
En suma estos procesos contribuyen a
fomentar la autoestima que a su vez posibilita que se produzcan los cambios que
mencionamos, los cuales van dirigidos a revalorizar a los sectores populares.
En relación a esto, García Canclini
afirma en esta compleja interacción ni las clases, ni los objetos, ni los
medios, ni los espacios sociales tienen lugares sustancialmente fijados, de una
vez para siempre. Por eso están mal formuladas las preguntas tales como si el
tango o el rock son hegemónicos o subalternos, su origen no basta para
adscribirlos a un sentido u otro, lo decisivo será examinar su uso, la relación
con los dispositivos de poder actuantes en cada coyuntura”.
ROL
Y METODOLOGÍA DEL TRABAJO SOCIAL
Introducirse
en el análisis de una metodología que parte desde la Educación Popular
en el marco de los programas de vivienda con sectores de extrema pobreza
implica el objetivo de apuntar a consolidar procesos organizativos
autogestionarios donde los grupos sean los verdaderos protagonistas de los
mismos.
A nivel de los equipos técnicos esto
implica una apuesta al trabajo interdisciplinario, donde las distintas
disciplinas analicen la situación y lleguen a propuestas integrales que puedan
ser rediscutidas por los grupos. Para el logro de una vivienda digna se hace
necesaria la combinación entre las áreas arquitectónicas, legales, contables,
socioeducativas, etc. Y éstos aportes deben estar al servicio de los
requerimientos de los grupos para de forma dialógica y participativa ir
logrando los objetivos en una tarea que articula dialécticamente el saber
popular y el conocimiento científico, no visto como saberes contradictorios
sino complementarios.
A su vez desde el Trabajo Social con
orientación en Educación Popular en indispensable un trabajo de organización y
promoción que apunte al redescubrimiento de las potencialidades de los sujetos,
estas están muchas veces ocultas, atrapadas, sumergidas en la medida que la
cultura dominante ha logrado en forma muy sutil que los sujetos internalicen
eso de que nosotros somos ignorantes, acá cada uno está para lo suyo en otros
barrios se puede pero acá no.
Se hace necesario un proceso de
acompañamiento de la organización de los vecinos, donde el agente externo pueda
contribuir a la explicitación y resolución de los conflictos grupales, a la
transferencia de las herramientas metodológicas que aporten al autodiagnóstico
a la planificación participativa a la autoevaluación.
Debe intentarse trascender el
objetivo en si de la vivienda para poder lograr una mejora real en la calidad
de vida, donde se vayan satisfaciendo de forma gradual otro tipo de necesidades
y donde se vaya construyendo una nueva hegemonía, en la medida que se consolida
una organización ligada íntimamente con la vida cotidiana de la gente.
Es importante la no definición a
priori de los procesos, sino que estos deben irse articulando en la propia
praxis en función de las características particulares de cada grupo, de sus
pautas culturales, de su historia y niveles organizativos de sus vinculaciones
con otras organizaciones sociales, de los liderazgo preexistentes, etc.
Esto se articula con los procesos
grupales que sobre todo si pensamos en la realidad de este sector, son lentos y
conflictivos pero que son procesos, los cuales no pueden ser manipulados o
dirigidos desde fuera y se hace necesario entonces articular estos procesos con
la eficacia en el logro de los objetivos, buscando permanentemente el
equilibrio entre estos dos aspectos.
Es importante la gradualidad en el
proceso de organización y el abordaje gradual por parte del grupo de problemas
de complejidad creciente, de modo que los objetivos fijados no desborden la
capacidad de conducción del mismo.
Se trata de un proceso en espiral
creciente, que vaya permitiendo de forma progresiva el afianzamiento de la
autovaloración, la capacidad y el poder enfrentarse a situaciones de
complejidad cada vez mayor, logrando de esta manera un verdadero aprendizaje a
partir de la práctica y que el grupo no pierda la capacidad de conducción del
proceso.
Otra reflexión hace al carácter de
nuestra intervención sin caer en una postura iluminista autoritaria del tipo
“el técnico es el que sabe el que conoce” tampoco podemos caer en una postura
de tipo basista en la que es “el grupo el que sabe, el que conoce su realidad,
el único interlocutor válido de la misma”.
Aquí también se hace necesaria la
apuesta un trabajo dialógico, de carácter emancipador, donde se de un
intercambio dialéctico entre distintos saberes, donde el educador tiene que
desarrollar una actitud de estar dispuesto ha aprender y confiar en las
capacidades y potencialidades de los grupos. Sin esta actitud de apertura y
flexibilidad de parte de los agentes externos no es posible hablar de procesos
educativos y organizativos de carácter liberador.
Finalmente queremos resaltar la
viabilidad y potencialidad del Trabajo Social con una orientación en Educación
Popular desde tres dimensiones (según Romuldo Díaz) una ética, otra estética y
otra política, donde se articulen por una lado una propuesta que defienda la
vida a nivel de la subjetividad individual de la vida grupal, de la vida grupal
y socioambiental, con los procesos educativos basados en la propia creatividad
y potencialidad de los sujetos y con la construcción del poder popular.
CONCLUSIONES
En
estos tiempos grandes sectores de la población se han visto empobrecidos como
resultado de la sustitución del Estado Benefactor por el modelo neoliberal.
Esta situación con el crecimiento de la ocupaciones en cantegriles, en
edificios de cada vez más gente, dota de una fragilidad y conflicto a la
estructura urbana. Este proceso es propio del desarrollo urbano capitalista,
todos los elementos constitutivos de la ciudad son construidos y utilizados por
la lógica del capital. Lo que es valor de uso para las mayorías se convierte en
valor de cambio para las minorías “se generan así las contradicciones de base
de la política urbana que opone los intereses de quienes se apropian de la
producción y de los beneficios urbanos a los intereses sociales de quienes
viven, trabajan y se reproducen en las ciudades. En este marco de lucha de
intereses los sectores dominantes han realizado políticas sociales que intentan
no quebrar esta lógica, dotándolas del carácter asistencial, pasivo, desigual y
no perdiendo su carácter de “soluciones para pobres”.
Nosotros sostenemos que la
experiencia cooperativa es la más eficaz ya que actúa como satisfactor sinérgico,
según concepto de Max Neef ya que no solo satisface la necesidad de protección
sino que también lo hace con el de afecto participación, ocio, identidad,
entendimiento y de creación y a veces de subsistencia como son los casos de la
capacitación en la construcción y su ingreso en el mercado laboral formal.
Este es un proceso de autoestima y
del mejoramiento de la calidad de vida, modificando pautas culturales como el
uso del espacio habitacional interno y externo común en la salud y en la
confortabilidad del hogar.
El espacio cooperativo sobre todo el
de usuarios, permite un mayor control social del grupo en lo que hace a la
estética de las casas sus obligaciones en la cuota, OSE, UTE, etc. (costos que
no tenían que afrontar) y en la especulación de la vivienda, evitan como pasa
en otros sistemas la venta de la casa ni bien se apropian de ellas, esto
también es consecuencia de la valoración que experimentan en la realización de
la ayuda mutua y la autogestión.
Todo esto lleva a cuestionarnos si con
esto no se viabiliza una integración a la sociedad desigual. Si bien creemos
que esto pasa, también se debe tomar en cuenta el carácter alternativo al
sistema dominante que puede crear una nueva relación con el Estado,
cuestionando y trascendiendo la dualidad asistente-asistido, en la
implementación de servicios autogestionados y en la progresiva aprehensión de
experiencias de poder popular. A pesar de los beneficios, el sistema
cooperativo debe ser reformulado para los grupos de extrema pobreza, necesita
ser más flexible en su exigencia legal, económica y organizativa. Legal por la
necesidad de los tiempos y capacitación que se necesita para entender la
función de un estatuto y demás reglamentaciones que prevé la ley de viviendas.
En el plano económico la exigencia de certificados de ingresos no prevé las
changas el mercado informal o el hurgar, que son formas de subsistencia muy
generalizadas en el sector. En el campo organizativo existe cierta dificultad
de implementar las formas organizativas-autogestionarias del sistema
cooperativo por lo que, proponemos un proceso progresivo que vaya de la
cogestión con el equipo técnico a la autogestión.
El sistema cooperativo para los
sectores de extrema pobreza debe incorporar modificaciones que respondan a características
propias, como por ejemplo un lugar para clasificar si es necesario priorizando
los grupos cooperativos con menor cantidad de integrantes “respetando” en la
medida de lo posible los procesos grupales apuntando a que no sean expulsados
miembros del grupo original, el lugar físico, etc.
Otra vecina decía “la casa le exige
al vecino cambiar de estilo de vida”, esto debe formarse desde una experiencia
de promoción no siendo tan así en las demás políticas.
El sistema cooperativo tiene por
ley, el asesoramiento del IAT (7), lo que le permite el acompañamiento de la
experiencia y el proceso promocional educativo necesario para poder observar un
cambio cultural en el proceso de la dignificación del hombre.
Estas soluciones deben manejar sus
tiempos y esto implica soluciones rápidas para que la urgencia no se vuelva
frustración y el grupo inicial no sobreviva. Una vecina planteaba “hay
dificultad para pensar en una vivienda a largo plazo cuando tenéis el rancho
lloviéndose y los hijos tapándose con nylon”.
El tiempo libre en los sectores de
extrema pobreza opera como potencializador y a la vez como obstáculo,
contradictoriamente si bien la mayoría de ellos no tiene trabajo estable, en el
momento de poner, horas en la “obra” aparecen dificultades en el tiempo y son
generalmente las mujeres las que asumen la mayoría de las horas. Es potencial
ya que permite a pesar de lo antes mencionado, la participación en más horas de
ayuda mutua, abaratando las casas, o mejor dicho, aumentando en calidad y
cantidad la vivienda.
También se debe tener en cuenta el
lugar donde viven ya que favorece la identidad grupal, el arraigo, el vínculo
con otras organizaciones reivindicativas y de ayuda, y por la relación con el
medio para ganarse la vida como un concepto más amplio que lo laboral.
La nueva vivienda supone una ruptura
con su historia, aunque existe el duelo por dejar el rancho, se desaprueba a
los que no optan por esto. Sobre estos otros vecinos se ha escuchado “son los
que no quieren nada”, “la topadora es fuerte”, “se van a tener que ir porque
afean las casitas”.
Hay una nueva preocupación por lo
estético, la higiene, la salud, el ingreso y el confort.
También se debe tener en cuenta el
habitat más amplio, esto implica la necesidad de una visión más macro de
planificación urbana, de una reforma urbana, de acuerdo a los intereses de las
grandes mayorías que viven y producen la ciudad.
A su vez la vivienda debe ser tomada
en todas sus dimensiones, político-urbano, ambiental, infraestructural,
cultural, funcional, etc. haciendo los esfuerzos necesarios para que se de
articulación entre estas áreas permitiendo así el mejoramiento de la calidad de
vida en toda su magnitud.
Esto nos lleva a pensar en que las
políticas sociales deben ser integrales, articulándose que apunten a la
dignificación del hombre y que a partir de la vivienda se satisfagan otras
necesidades, no cayendo en la fragmentación de la realidad.
Evidentemente atacar a las causas de
la problemática de la pobreza extrema implica la modificación de las políticas
macroeconómicas y estructurales, el propio sistema genera desigualdad por lo
que todas la políticas son parciales en la medida que no transforman las causas
que producen la pobreza.
PROPUESTAS
Creemos que las políticas sociales
de vivienda para los sectores de extrema pobreza tanto desde el Estado como de
la sociedad civil deben contemplar:
abarquilla construcción de sus
nuevas viviendas en los terrenos que ya habitan o cercanos a éste, por lo ya
expuesto anteriormente, por lo que debe haber una cartera de tierras nacional
con una política de expropiaciones y de coordinación de tierras estatales no
utilizadas.
abarquilla financiación con
subsidios de acuerdo a la capacidad de pago de los beneficiarios sin que este
llegue al cien por ciento como es el caso de los BE.
*Asegurar la calidad y cantidad de
la vivienda adecuada al número de integrantes de la familia financiando
tecnologías que abaraten costos y con servicios básicos.
*El respeto a las pautas culturales,
estructura familiar, tiempos (políticos y organizativos, agilizándolos)
justificación de ingresos económicos, lugares para los clasificadores y tiempo
libre.
*Apostar a la capacidad organizativa
y de movilización de los propios sujetos en torno al tema de la vivienda,
aprehendiendo como ensayo-experiencia, “trasladándolo” a otros aspectos de su
cotidianidad.
*Esto último conlleva a la necesidad
de un proceso educativo que acompañe a esta experiencia, apropiándose de ella,
así como también de técnicas e instrumentos de autopromoción política, la
negociación con el estado y otras instituciones, la desmitificación de la
autoridad, promotores y multiplicadores de este cambio, que sea un proceso
progresivo que vaya de la cogestión a la autogestión, acompañado de una
progresiva autoestima individual y colectiva.
A partir de lo planteado, discutido
y analizado anteriormente podemos concluir que en cuanto al cambio cultural, no
se han producido “cambios mágicos”, solo donde se dio un proceso
educativo-organizativo se evidenciaron importantes cambios, no acabados, en la
participación autoestima, multiplicación de la experiencia y en la calidad de
vida. A pesar de esto, mantienen ciertas características que hacen a su
valoración y cosmovisión que van a ser transmitidos a las próximas generaciones
en condiciones materiales de existencia ciertamente mejores.
Si bien hemos comenzado a responder
mínimamente las preguntas que nos hicimos al momento del inicio, nos exige
seguir profundizando en ellas, acercándonos a otras experiencias, a otros
actores, a otros materiales, a responder nuevas interrogantes que este trabajo
generó. Eficacia, tiempo, metodología y rol del TS. Hasta qué punto es positivo
o negativo el cambio de consumo?. Como
cambian las nuevas generaciones con ese cambio de habitat y como conviven las
“viejas” experiencias con las “nuevas”?. Con la participación en procesos de
autogestión, se da una mayor inserción en otros ámbitos políticos (gremios,
comisiones vecinales, partidarios, cuestionan-los artículación de experienciaa)?.
Recogemos a Manategui en el final de
este trabajo como el compromiso profesional y humano de que, “no solo luchamos
por el pan, sino también por la belleza”.
A.S. ALEJANDRO CASAS A.S. MARIA OLARIAGA A.S.MAURICIO PADRON
BR.
ANDREA BUELA BR. GUSTAVO MACHADO BR. NORMA PEREYRA
ANEXOS
1) Cantegril. Se denomina así en Uruguay a
los asentamientos precarios,¿pueden ser sinónimos de las “favelas” brasileñas o
las “villas” Argentinas
2) MEVIR. Es una Comisión Para Estatal,
surgida en 1968 con el cometido de erradicar la vivienda insalubre rural. Actúa
en el interior del país, creando pequeños asentamientos humanos, con viviendas
decorosas, donde los beneficiarios aportan mano de obra para la construcción de
la totalidad de viviendas. Actualmente lleva más de 9000 unidades construidas.
3) Plan Habitacional Aquiles Lanza. Es un
proyecto municipal que se realizó en Montevideo entre los años 1985-89, para
erradicar los asentamientos precarios, se construyeron viviendas básicas en el
lugar donde ocupaban con anterioridad y los beneficiarios aportaban mano de
obra para la construcción de todo el asentamiento.
4) Núcleo Básico Evolutivo (NBE). Es el
modelo de vivienda impulsada por el gobierno nacional entre 1990-95, que es una
vivienda de 30 m2 ,
sin terminaciones y con predio para la evolución posterior a cargo del
beneficiario, se ubica en zonas periféricas de las ciudades y se accede por
medio de una inscripción de los interesados en el Ministerio de Vivienda y un
pequeño ahorro. Este sistema es financiado y sugerido por el BID.
5) Las Cooperativas de Vivienda son formas
de acceso a la vivienda creadas por la
Ley de Vivienda de 1968, aunque ya existían algunas
experiencias sui generis. Son de dos modalidades de ahorro previo, donde los
beneficiarios se unen y ahorras parte del valor de la vivienda o de ayuda
mutua, donde los beneficiarios aportan su mano de e obra en la autoconstrucción
de todo el complejo. Estas últimas son las de más desarrollo, cuanti y
cualitativo, suponen una organización autogestionaria desde su formación, hasta
la obra y la convivencia posterior. Pueden ser de propiedad individual o
colectiva. Ya se han construido más de 15.000 unidades y doscientas
cooperativas esperan una préstamo del gobierno.
La ley creó además un instituto de
Asistencia Técnica [1]
que la acompaña en el proceso de formación y obra.
6) MOVIDER es el Movimiento pro Vivienda
Decoroso, que surgió por 1983 (últimos años de la dictadura militar) que
organizó a los habitantes de asentamientos precarios e irregulares. Tuvo su
climax hacia 1965-90.
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Trabajo
Social, Educación Popular y sectores de extrema pobreza.
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“C” Educación popular de la Escuela Universitaria de Servicio Social.
ENTREVISTAS
Vecina
de la Comunidad
“La Palmera ” Organización San Vicente
Vecinas
de Comunidad Santa María. Organización
San Vicente
Inés
Cáceres, Asistente social Organización
San Vicente
Instituto
de Asistencia Técnica HACERDESUR
Madres
y jóvenes Cooperativa
“la Esperanza ”
Antropóloga Sonia
Romero.
[1] IAT. Son institutos de Asistencia Técnica, creados por la Ley de Vivienda en 1968, para
asesorar y acompañar a las cooperativas de vivienda. Están integrados
básicamente por Arquitectos, Asistentes Sociales y Abogados, también lo
integran un Contador, el Escribano y un Agrimensor. Se financia con parte del
pre´stamo de la cooperativa y la asesora hasta el momento que se entrega la
vivienda.