SITUACION SOCIAL Y ESTRATEGIA: NUEVOS CAMINOS
Y EXPERIENCIAS DEL TRABAJO SOCIAL
Malvina
Ponce de León
Dolly
Paiva Zuaznábar
Sonia
Zapata Donoso
INTRODUCCION:
Desde
1990, fecha en que se creó la
Escuela de Trabajo Social de la Universidad Santo
Tomás; el equipo docente-alumno ha venido reflexionando y articulando una
propuesta que conlleve un cambio significativo en el sistema educativo y por
ende, en como debe aprender el alumno. Es así, como se ha considerado al alumno
como el principal actor de su proceso educativo, en tanto que es el quien ha
determinado ser un Trabajador Social.
Visto
así, el docente asume un rol de facilitador y articulador del proceso de
formación, como así mismo crea estrategias que van desde lo cognitivo a lo
experimental con el objeto de ir alcanzando niveles altos de interdependencias.
Uno
de los avances en esta materia, es el haber superado la dualidad
teórico-práctico de las asignaturas que conforman el plan de estudio del
curriculum. Es en este contexto donde la ponencia enfatiza en la nueva concepción
del aprender haciendo vista ésta, desde la situación social. El taller de
Cátedra se desarrolla en las diferentes situaciones sociales de los centros
docentes ubicados en las distintas realidades sociales, tanto urbano como
rurales de la
Región Metropolitana y sus alrededores, centrándose en el ser
persona y privilegiando el trabajo en equipo y el desarrollo de habilidades y
destrezas que permita al alumno enfrentar la realidad social con
responsabilidad, protagonismo y compromiso social.
El
taller posee una forma de aprender a aprender, en términos de aprender haciendo
desde la situación social y con diferentes actores de la realidad.
El
desarrollo del presente trabajo presenta una breve síntesis de los principios
articuladores del curriculum, el trabajo de Taller visto desde la situación
social y la síntesis de las ideas más relevantes de la propuesta.
PRINCIPIOS
ARTICULADORES DEL CURRICULUM
En
1990 fecha de creación de la
Escuela de la Universidad Santo Tomás se inicia una primera
reflexión sobre el sentido que cada participante del curriculum le da a la
educación y a los espacios educativos, donde se articulan elementos de
identidades individuales, culturales y sociales de los sujetos. El desafío era
poder sacar a la pedagogía que acompaña las asignaturas de mero saber práctico
instrumental, para ubicarla en condiciones de crear situaciones educativas,
haciéndonos cargo de los procesos y resultados de aprendizaje más
significativos[1].
Producto
de ésto, surge en el año 1991 una primera propuesta de Modelo Pedagógico que
“señala la necesidad de generar y validar una epistemología que permita la
comprensión del ser humano y de su entorno, y reconocer, asumir y sumergirse en
la tradición cultural de nuestro pueblo, para desde allí y con él, contribuir a
desarrollar el proyecto nacional biológico, psicológico y social que extraña en
su simiente”[2]
Además,
propone “una revisión del hombre en la que se le descubra esencialmente como un
ser libre, creativo, curioso, activo, autodeterminado y responsable, y en la
que actuemos y eduquemos consecuentemente con esta mirada”[3]
Los
elementos que brindan originalidad y especificidad a este modelo pedagógico son
los aspectos filosóficos-epistemológicos y las metodologías del proceso
educativo.
Se
propone un modelo psicoeducativo, humanista, ecológico, existencial,
experimental y una Metodología Personalizada caracterizada por el Taller, o
sea, aprender haciendo.
Así,
ésto se asume como un primer principio que da sentido al quehacer
docente-alumno, el que se caracteriza por la apertura a lo diverso y a la
constante comunicación y relación con la realidad social. Este principio
relacional, por la capacidad de experimentación interna, por la participación,
por la creatividad y la innovación, por un alto nivel académico y focalización
personalizada en el desarrollo de conocimientos y destrezas del alumno.
En
este proceso d e avance, el rasgo fundamental del educar es aprender y los
procesos de aprendizaje son situaciones altamente complejas y diversas
sobretodo si se enfoca desde la perspectiva de las necesidades individuales de
los alumnos y de sus motivaciones. El concepto de necesidad de aprendizaje no
es solamente la distancia entre lo que el sujeto sabe y debe saber. Las
necesidades de aprendizaje deben ser entendidas no como necesidades mínimas,
sino como posibilitadores de nuevos aprendizajes, o sea de una formación
permanente que dice relación con las cambiantes necesidades de la construcción
de identidades de los sujetos. Esto supone reconocer la diversidad en la
necesidad de aprendizaje y no la oferta de una uniformidad de enseñanza
(Edwards V., 1992)[4]
Lo
que se ha hecho tradicionalmente, es simplificar esta complejidad, reduciéndola
a métodos y técnicas, suponiendo que existe una relación lineal entre enseñanza
y aprendizaje, es decir, que todo lo que se enseña se aprende[5].
Así,
se asume la importancia de rescatar, el foco desde donde se aprende y ésto pasa
por reconocer, cuáles son las necesidades básicas de aprendizaje de las
personas que quieren aprender. Este cambio de foco desde la relación del
sujeto, nos lleva a una nueva reflexión y es que el aprendizaje se inserta en
una red más amplia de significados del sujeto, y esto le permite establecer nuevas
relaciones en situaciones futuras.
Por
lo tanto, el concepto de aprendizaje tiene un cambio de significado respecto de
los procesos de formación, ya que el énfasis no está puesto en los
conocimientos previos del profesor-alumno desde un análisis objetivo de lo que
se enseña, sino que es necesario tener en cuenta además, las interpretaciones
subjetivas que el propio alumno construye al respecto. esta postura del docente
marca el respeto hacia el alumno, en sus distintos estilos de “aprender a aprender”.
Otro
proceso de significado acerca de lo educativo, en tanto cuanto lo formativo,
surge de un principio fundamental que es el derecho a ser persona.
El
ser humano, en nuestro contexto cultural se reconoce como persona. El ser
humano personal posee el más alto grado de ser y por ello tiene autonomía, goza
de interioridad, es libre, se abre a la totalidad, es lo más perfecto de toda
la naturaleza (Santo Tomás de Aquino, ST. 1.29,3)[6]. Junto con esta dimensión
del ser, está también la dimensión social, o sea, la persona vive en la
sociedad, en redes de relaciones sociales. La persona en sociedad convive con
sujetos iguales en dignidad y diversos en el hacer. La dignidad del ser
personal es común a todo hombre y mujer.
Los
Derechos Humanos constituyen una exigencia de respeto y de realización para
todas las personas, a solas y en sociedad y son una consecuencia de esta
dignidad personal, por esto es que ningún ser humano puede disponer de otro,
dominarlo, abusar de él (A.Lobato OP-1994)[7]. Así, los derechos humanos
de las personas son un marco ético-político, que nos sirve de análisis crítico
y orientación de nuestras prácticas sociales, económicos, educativas, jurídicas
y otras.
La
tesis central que está detrás de este proyecto de significado, es que los Derechos
Humanos fundamentan una concepción educativa que orienta y direcciona un pensar
y un quehacer curricular-pedagógico (Magendzo, A. 1992)[8].
El
derecho a ser persona supone una concepción de saber holístico, al cual se
accede no sólo desde el plano intelectual cognitivo sino también desde lo
afectivo, lo subjetivo y lo intersubjetivo.
Por
lo tanto, este derecho importa una concepción de sujeto y de mundo, que
articula un proyecto de sociedad en el que deseamos trabajar, es una columna
valorativa que supone el imperativo del respeto a la dignidad humana, que se
construye desde lo personal y social como fruto de la libertad, solidaridad,
relaciones y realizaciones comunes.
El
saber del derecho a ser persona, se construye en la interacción de la experiencia
personal y grupal, del posicionamiento social que tienen los diferentes actores
sociales. Por eso, no es esto un saber estático, unificado en declaraciones,
código de Derechos Humanos, sino que se elabora permanentemente en el ser y en
las situaciones sociales que se viven en la cotidianeidad, en la realidad
social, familiar y otras.
Es
en la situación real donde se problematiza, se educa y donde se vive el proceso
de construcción de resolución de necesidades y problemas sociales. Es aquí,
donde se reconoce el valor de las diferencias, se visualizan los conflictos y
tensiones que surgen en la vida diaria y los afectos y emociones que ellos
implican.
La
demanda de ser persona es un requerimiento que surge al percibirse el dilema entre “desarrollarme según pautas que
yo mismo determino en interacción con la realidad o desarrollarme según
patrones funcionales y personificadores (Magenozo, A., 1922)(Op.cit)
Es
en este contexto donde la educación no solo debe vencer el desconocimiento,
sino sobretodo, favorecer el desarrollo personal. El aprendizaje es una
experiencia personal y no algo realizado y memorizado por otros. Rogers al
respecto dice que el único aprendizaje que puede influir significativamente
sobre la conducta es el que el individuo descubre e incorpora por sí mismo[9].
En
esta perspectiva, el aprendizaje es más que una mera acumulación de hechos y
contenidos. El aprendizaje significativo, marca una diferencia en la conducta
del individuo, en sus actividades futuras, en sus actitudes y en su
personalidad.
Dicho
lo anterior, la enseñanza centrada en el/la alumno/a diferencia de lo
convencional, permite el logro de un mayor grado de adaptación personal, un
mayor aprendizaje independiente de temas que no forman parte del programa, y
más creatividad y responsabilidad de sí mismo. Así, en la experiencia de curso
Taller, realizada por el equipo docente de la Escuela , se ha constatado
que el alumno comienza a descubrirse de otra manera, tiende a una mayor
aceptación personal, reconoce y aprende a expresar sus sentimientos, tiende a
sentir una mayor confianza en sí mismo.
Lo
anterior requiere de la aplicación de los dos principios enunciados, a través
de la creación de un espacio educativo personal y grupal y de ciertas estrategias
metodológicas que facilitan procesos en el alumno, en los cuales este adquiere
protagonismo. Ello supone autodirección, flexibilidad, establecimiento de
objetivos realistas, tolerancia a la frustración, madurez, capacidad de
aceptación de si mismo y de los demás. Por lo tanto, su cambio es en un sentido
constructivo.
Desarrollar
la creatividad, enseñar a pensar, potenciar la motivación, enseñar a aprender,
enseñar a aprender a saber, enseñar a buscar las estrategias apropiadas para
lograr éxito, constituyen desafíos que no son posibles de dejarlos para mañana.
El
perfil delineado en estos principios, muy esquemáticamente desarrollado, es un
compromiso que abarca el ser, el saber y el saber hacer.
EL TRABAJO DE
TALLER DESDE LA
SITUACION SOCIAL
En
el umbral del siglo XXI muchos problemas básicos de la humanidad, aún no están
resueltos. En este contexto, no cabe duda que la mirada del mundo, está puesta
en la educación y preferentemente en los educadores.
La
ciencia y la tecnología, las telecomunicaciones, la bioingeniería, la robótica
y la informática, están revolucionando las comunicaciones, los modos de vivir y
de pensar, ponen en discusión permanente, concepciones y valoraciones y han
generado nuevas formas de ver el mundo y de enfocar los problemas.
El
mundo ya no parece tan simple, ni lineal, ni el hombre puede ser abordado en
forma unilateral ya que es multidimensional (Israel, Carrillo R., 1992)[10].
La
educación y en general las Ciencias Sociales, ante esta explosión, han tenido
una lenta capacidad de respuesta, ya que su impacto es de tal magnitud que se
vuelve complejo tanto para comprender como para intervenir en el.
Hoy
se asume que la modernización es el marco económico y cultural de nuestro
tiempo. Al respecto, Levchner plantea como uno de los grandes dilema de hoy, si
ésta opción por la modernización implica aceptar la exclusión de un amplio
sector, o bien privilegiar la integración social quedando al margen del
desarrollo económico mundial[11].
Los
cambios constituyen una tarea de gran envergadura en el sentido de sus ajustes
y desajustes. Los obispos chilenos en sus orientaciones pastorales también han
expresado sus preocupaciones y dicen “al acercarse al tercer milenio,Chile,
como el resto de la humanidad experimenta un cambio de época...la humanidad
enfrenta limitaciones de extraordinaria profundidad. Los progresos técnicos,
entre otros, aquellos producidos en el área de las comunicaciones y la
informática están cambiando el rostro de la tierra. Todas estas
transformaciones influyen hondamente en el hombre. Va naciendo una nueva
cultura que marca profundamente nuestros modos de ver, de sentir, de razonar,
de amar[12].
En
esta perspectiva contextual, el Trabajo Social juega un papel importante, ya
que las transformaciones en el contexto no son sólo referente descriptivo sino
un núcleo sustantivo. Al respecto, se argumenta que es en la concepción que se
tenga de Realidad Social -que asume diversas lecturas y diferentes formas de
intervención- donde se configuran las perspectivas metodológicas (Matus, Tere,
1933)[13].
Asumir
la Realidad Social ,
significa partir desde una metodología que conlleve a tomar decisiones y
propuestas. Su acervo teórico debe entregar una síntesis totalizada de los
avances de la teoría humana y en especial en este momento, de la teoría política,
sociológica y económica.
Esto
significa que la compleja realidad social, no puede estudiarse ni actuar en
ella, por partes ni aspectos, a no ser que ésto sea, para fines de
especialización profesional o división social del trabajo.
Es
en esta perspectiva que la propuesta de Taller como estrategia educativa se
constituye en un espacio para que los alumnos y docentes reflexionen e integren
procesos experienciales y cognitivos en torno a la situación social que el
alumno enfrenta.
El
taller lo podemos definir desde tres puntos de vista: como un grupo al reunir a
docentes, alumnos y otros actores de la situación social en que dan énfasis a
las actividades personalizadas que incluyen a todos los actores como sujetos de
educación en una cogestión, participación y responsabilidad.
También
lo podemos definir como un espacio educativo de acción. Su énfasis está en el
principio de enseñanza-aprendizaje que une a los actores de la situación en un
proyecto específico de trabajo grupal y otros actores de la situación social
pone en común su conocimiento y realidad con el objeto de pensar y actuar críticamente
y creatívamente construyendo juntos los cambios esperados.
Es
en esta perspectiva que la categoría de Situación Social desarrollada por
Carlos Matus en la “Metodología de la Planificación Estratégica ”
aporta al trabajo de taller diferentes elementos que rompen con el enfoque de
comportamiento que han utilizado las Ciencias Sociales para explicar la
realidad social.
¿Qué es la Situación Social ?
“Es
una afirmación de conjunto hecha por un actor en relación con las acciones que proyecten
producir para perseverar o alterar la realidad; en que vive (Matus, C.1987)[14]
Por
lo tanto, la situación es donde esta situado el actor y la acción; o sea donde
están los diferentes actores que viven muchas situaciones y la lectura de cada
actor depende, de donde esta situado y de cual es su acción. Por lo tanto, para
explicar una situación hay que estar en ella, accionando por conquistar
objetivos que cambien la situación explicada. Es por esto que cada explicación
de cada actor es relevante para la acción.
El
concepto de situación emerge así como el diagnóstico del nombre de acción y se
constituye como un aporte para la producción social.
¿Desde
dónde nos situamos como actores sociales?
El
Taller como grupo operativo en la Situación Social podría realizar su intervención
desde una Visión Normativa y desde una Visión Estratégica.
VISIÓN NORMATIVA
SUJETO
QUE PLANIFICA
La planificación de su intervención como
Taller supone un sujeto que planifica y un “objeto” que es la realidad social
problemática vista desde afuera, o sea yo taller puedo, gobernar, controlar la
realidad social y por lo tanto como actores somos diferentes, independientes. Yo Taller que planifico debo previamente
“diagnosticar” la realidad para conocerla.
Este diagnóstico es guiado por la verdad objetiva y por lo tanto es único.
El objeto planificado sigue leyes, ello
implica que su funcionamiento es reducible a comportamientos sociales. En consecuencia la realidad social es
explicable por medio del diseño de “modelos analíticos” basado en relaciones de
sistema causa – efecto o relaciones de comportamiento. Toda la acción creativa es solo del sujeto o
sea del Taller que planifica; por lo tanto el objeto planificado no contiene
otros actores sociales capaces de producir acciones: Los objetivos tienen una
situación terminal conocida al igual que los recursos para alcanzarlo.
El Taller en esta visión normativa
problematiza todas las acciones que son planificadas en el “objeto” en la
situación social y esto conlleva la discusión de los diseños de las políticas
sociales y los proyectos sociales de las instituciones tanto públicas como
privadas de la situación social que enfrenta el “Grupo Taller”.
Desde una Visión Estratégica
A A A A
A A A: actores
institucionales u organizacionales.
A A A A A A A: actores grupo taller.
A A A:
actor estado.
En la Visión Estratégica
el “Sujeto”, que planifica la intervención está comprendida en el “Objeto
planificado, a su vez el objeto planificado comprende a otros sujetos que
también planifican, por lo tanto, la situación social es un juego de Actores en
que no existe un diagnóstico único y la verdad objetiva; sino que un
diagnóstico situacional explicado por cada actor de la situación. Los actores son creativos. El juego situacional de actores ante las acciones
objetivas se explican no sólo por modelos analíticos basados en relaciones de
comportamiento, sino que se explican por la simulación humana como una
necesidad para comprender y proyectar la intervención entre acciones
estratégicas y acciones de comportamiento.
El trabajo
de Taller visto en una relación desde el deber ser (normativo – ser
situacional) nos enfrenta ante problemas abiertos porque los conceptos para
entenderlos deben ser elaborados desde el diagnóstico situacional. El problema social en la situación social
está articulado sincrónica y diacrónicamente con otros, por esto es que la
solución de un área posibilita o dificulta la solución de otras.
Las
variables no son estandarizadas ni enumerables.
Las
relaciones de conflictos entre los actores creativos pasa por la confrontación
de los momentos normativos y estratégicos.
En esta
línea de argumentación de las dos visiones del trabajo de Taller no cabe duda
que la categoría de Situación es una necesidad, ya que se apoya en la intuición
totalizadora del nombre de acción y articula las ciencias positivas sectoriales
y las ciencias situacionales problematizadas que necesita la planificación
práctica para intervenir.
La
producción social vista así, denuncia el ámbito restringido que abarca la
producción de bienes y servicios económicos y propone comprender todo lo que el
hombre crea a partir de sus capacidades cognitivas, organizativas, ideológicas,
económicas y otras.
A MODO DE SINTESIS
Trabajar en las
Situaciones Sociales es algo complejo y difícil, toda vez que la explicación
producida por un actor no es independiente de quién explica y desde qué
posición o visión explica y frente a quienes lo hacen. Así tenemos que la realidad social consiste
no solo en lo que es “verdad” para alguien, sino además comprende lo que los
otros “creen que es verdad” en sus respectivas auto – referencias, por lo
tanto, lo importante de trabajar en el Taller de alumnos con diferentes actores
de la Comunidad
u Organización y otras, es llegar a una explicación policéntrica de la
situación y es identificar la misión de la explicación del otro en la
mantención o en el cambio de las posibles soluciones de los problemas en la Situación.
Las explicaciones de los actores en la
situación social no deben ser ignoradas; ya que juegan un rol en el
funcionamiento del sistema social. Cada
explicación es parte de la realidad explicada.
Las categorías de Situación y Explicación Situacional nos demanda (un
nuevo concepto de trabajo en la realidad) esto es de suma importancia para
actuar en las Situaciones Sociales de pobreza.
Matus en su propuesta de Planificación Estratégica se refiere muy
acertadamente al cálculo interactivo de las acciones de los actores en la
situación. Este cálculo interactivo
exige oponentes a lo que queremos hacer, por esto, sólo introduciéndonos en la
autoreferencia del otro actor podemos preparar respuestas anticipadas a las
posibles acciones.
Lo anterior nos hace cambiar además la
metodología de diagnóstico tradicional, el que desde esta mirada, carecerá de
rigor y precisión porque su explicación de la realidad pasa a ser egocéntrica
del problema. Se preocupa sólo de su
propia autoreferencia e ignora la de los otros.
Por esto, la explicación policéntrica
identifica, motiva y compromete a la situación objetivo que queremos lograr en
el proyecto de Sociedad que estamos insertos.
A modo de conclusión, la reflexión se
centra principalmente en torno a la concepción del Espacio Educativo, que
desarrolla el Curriculum, para enfrentar los desafíos que la Sociedad Contemporánea
le planea hoy al Trabajo Social:
-
Una concepción centrada en el
aprender activo, que parte desde al Situación Social, donde los actores:
Docente – Alumno, se comprometen a asumir el significado de los diferentes
contextos socioculturales, permite construir los procesos educativos con los
diversos Códigos de Vida, que constituyen representaciones significativas del
Aprender Haciendo. Como ejemplo la
relación Teoría – Práctica, el lenguaje como expresión de la comunicación
cotidiana, los valores y actitudes de la interacción las en interrelaciones
comunitarias y organizacionales.
-
La Educación se
construye desde la participación de la persona, por la estimulación de las
capacidades y de las exigencias de las situaciones sociales, que se vive. Por esto el proceso Educativo es psicológico expresado en las
capacidades propias; sociológico, o
sea visto en los intereses que se tienen y en las funciones que se están
realizando.
Por esto, la Educación es un Proceso de vida y no de preparación
para la Vida. Preparar , formación
permanente significa dar poder para que se tenga dominio de sí mismo y para
actuar eficazmente.
-
La epistemología que está
detrás de la propuesta curricular, es la de reflexión sobre los conflictos de
los intereses que hoy tenemos en el marco de la modernidad. Proponer métodos, descubrir juntos
comprensivamente; trabajar los desajustes, son los desafíos de hoy para atacar
la pobreza.
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Santiago – Chile.
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“Los grupos creativos en la
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[1] ) Sanhueza, Jorge. Fundamentos para la Formulación de un Modelo
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Tomás, Santiago, Chile, 1992.
[2] ) Sanhueza, Jorge. Op cit., p.5.
[3] ) Sanhueza, Jorge. Op cit, p.5.
[4] ) Edwards, Verónica: Hacia la construción del perfeccionamiento
docente; PIIE, 1992. Santiago, Chile
[5] ) Remite a la Tecnología Educativa.
[6] ) Tomás de Aquino, St.1. 29,3.
[7] ) A. Lobato OP-1994.
[8] ) Magendzo, A. 199. “Principios y Estrategias metodològicas en el
perfeccionamiento de profesores para una educción en Derechos Humanos, PIIE,
1992, Santiago de Chile.
[10] )Israel Carrillo R., Discurso de apertura Año Académico.
Universidad de Chile, 1992.
[11] ) Levchner Norbert ¿Son compatibles Modernidad y Modernización?.
[12] ) Documento de Trabajo FLACSO
Nª440, Santiago, 1993.
[13] ) Matus, Tere. La Epistemología no basta”. Ponencia. Reunión
ALAETS, Cono Sur, 1993.
[14] Matus, Carlos “Política,
Planificación y Gobierno; Fundación Altador, Caracas. Venezuela, 1987.