jueves, 2 de febrero de 2012

SITUACION SOCIAL Y ESTRATEGIA: NUEVOS CAMINOS Y EXPERIENCIAS DEL TRABAJO SOCIAL


SITUACION SOCIAL Y ESTRATEGIA: NUEVOS CAMINOS
Y EXPERIENCIAS DEL TRABAJO SOCIAL
Malvina Ponce de León
Dolly Paiva Zuaznábar
Sonia Zapata Donoso


INTRODUCCION:

            Desde 1990, fecha en que se creó la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Santo Tomás; el equipo docente-alumno ha venido reflexionando y articulando una propuesta que conlleve un cambio significativo en el sistema educativo y por ende, en como debe aprender el alumno. Es así, como se ha considerado al alumno como el principal actor de su proceso educativo, en tanto que es el quien ha determinado ser un Trabajador Social.

            Visto así, el docente asume un rol de facilitador y articulador del proceso de formación, como así mismo crea estrategias que van desde lo cognitivo a lo experimental con el objeto de ir alcanzando niveles altos de interdependencias.

            Uno de los avances en esta materia, es el haber superado la dualidad teórico-práctico de las asignaturas que conforman el plan de estudio del curriculum. Es en este contexto donde la ponencia enfatiza en la nueva concepción del aprender haciendo vista ésta, desde la situación social. El taller de Cátedra se desarrolla en las diferentes situaciones sociales de los centros docentes ubicados en las distintas realidades sociales, tanto urbano como rurales de la Región Metropolitana y sus alrededores, centrándose en el ser persona y privilegiando el trabajo en equipo y el desarrollo de habilidades y destrezas que permita al alumno enfrentar la realidad social con responsabilidad, protagonismo y compromiso social.

            El taller posee una forma de aprender a aprender, en términos de aprender haciendo desde la situación social y con diferentes actores de la realidad.

            El desarrollo del presente trabajo presenta una breve síntesis de los principios articuladores del curriculum, el trabajo de Taller visto desde la situación social y la síntesis de las ideas más relevantes de la propuesta.

PRINCIPIOS ARTICULADORES DEL CURRICULUM

            En 1990 fecha de creación de la Escuela de la Universidad Santo Tomás se inicia una primera reflexión sobre el sentido que cada participante del curriculum le da a la educación y a los espacios educativos, donde se articulan elementos de identidades individuales, culturales y sociales de los sujetos. El desafío era poder sacar a la pedagogía que acompaña las asignaturas de mero saber práctico instrumental, para ubicarla en condiciones de crear situaciones educativas, haciéndonos cargo de los procesos y resultados de aprendizaje más significativos[1].

            Producto de ésto, surge en el año 1991 una primera propuesta de Modelo Pedagógico que “señala la necesidad de generar y validar una epistemología que permita la comprensión del ser humano y de su entorno, y reconocer, asumir y sumergirse en la tradición cultural de nuestro pueblo, para desde allí y con él, contribuir a desarrollar el proyecto nacional biológico, psicológico y social que extraña en su simiente”[2]

            Además, propone “una revisión del hombre en la que se le descubra esencialmente como un ser libre, creativo, curioso, activo, autodeterminado y responsable, y en la que actuemos y eduquemos consecuentemente con esta mirada”[3]

            Los elementos que brindan originalidad y especificidad a este modelo pedagógico son los aspectos filosóficos-epistemológicos y las metodologías del proceso educativo.

            Se propone un modelo psicoeducativo, humanista, ecológico, existencial, experimental y una Metodología Personalizada caracterizada por el Taller, o sea, aprender haciendo.

            Así, ésto se asume como un primer principio que da sentido al quehacer docente-alumno, el que se caracteriza por la apertura a lo diverso y a la constante comunicación y relación con la realidad social. Este principio relacional, por la capacidad de experimentación interna, por la participación, por la creatividad y la innovación, por un alto nivel académico y focalización personalizada en el desarrollo de conocimientos y destrezas del alumno.

            En este proceso d e avance, el rasgo fundamental del educar es aprender y los procesos de aprendizaje son situaciones altamente complejas y diversas sobretodo si se enfoca desde la perspectiva de las necesidades individuales de los alumnos y de sus motivaciones. El concepto de necesidad de aprendizaje no es solamente la distancia entre lo que el sujeto sabe y debe saber. Las necesidades de aprendizaje deben ser entendidas no como necesidades mínimas, sino como posibilitadores de nuevos aprendizajes, o sea de una formación permanente que dice relación con las cambiantes necesidades de la construcción de identidades de los sujetos. Esto supone reconocer la diversidad en la necesidad de aprendizaje y no la oferta de una uniformidad de enseñanza (Edwards V., 1992)[4]

            Lo que se ha hecho tradicionalmente, es simplificar esta complejidad, reduciéndola a métodos y técnicas, suponiendo que existe una relación lineal entre enseñanza y aprendizaje, es decir, que todo lo que se enseña se aprende[5].
            Así, se asume la importancia de rescatar, el foco desde donde se aprende y ésto pasa por reconocer, cuáles son las necesidades básicas de aprendizaje de las personas que quieren aprender. Este cambio de foco desde la relación del sujeto, nos lleva a una nueva reflexión y es que el aprendizaje se inserta en una red más amplia de significados del sujeto, y esto le permite establecer nuevas relaciones en situaciones futuras.

            Por lo tanto, el concepto de aprendizaje tiene un cambio de significado respecto de los procesos de formación, ya que el énfasis no está puesto en los conocimientos previos del profesor-alumno desde un análisis objetivo de lo que se enseña, sino que es necesario tener en cuenta además, las interpretaciones subjetivas que el propio alumno construye al respecto. esta postura del docente marca el respeto hacia el alumno, en sus distintos estilos de “aprender a aprender”.

            Otro proceso de significado acerca de lo educativo, en tanto cuanto lo formativo, surge de un principio fundamental que es el derecho a ser persona.

            El ser humano, en nuestro contexto cultural se reconoce como persona. El ser humano personal posee el más alto grado de ser y por ello tiene autonomía, goza de interioridad, es libre, se abre a la totalidad, es lo más perfecto de toda la naturaleza (Santo Tomás de Aquino, ST. 1.29,3)[6]. Junto con esta dimensión del ser, está también la dimensión social, o sea, la persona vive en la sociedad, en redes de relaciones sociales. La persona en sociedad convive con sujetos iguales en dignidad y diversos en el hacer. La dignidad del ser personal es común a todo hombre y mujer.

            Los Derechos Humanos constituyen una exigencia de respeto y de realización para todas las personas, a solas y en sociedad y son una consecuencia de esta dignidad personal, por esto es que ningún ser humano puede disponer de otro, dominarlo, abusar de él (A.Lobato OP-1994)[7]. Así, los derechos humanos de las personas son un marco ético-político, que nos sirve de análisis crítico y orientación de nuestras prácticas sociales, económicos, educativas, jurídicas y otras.

            La tesis central que está detrás de este proyecto de significado, es que los Derechos Humanos fundamentan una concepción educativa que orienta y direcciona un pensar y un quehacer curricular-pedagógico (Magendzo, A. 1992)[8].

            El derecho a ser persona supone una concepción de saber holístico, al cual se accede no sólo desde el plano intelectual cognitivo sino también desde lo afectivo, lo subjetivo y lo intersubjetivo.

            Por lo tanto, este derecho importa una concepción de sujeto y de mundo, que articula un proyecto de sociedad en el que deseamos trabajar, es una columna valorativa que supone el imperativo del respeto a la dignidad humana, que se construye desde lo personal y social como fruto de la libertad, solidaridad, relaciones y realizaciones comunes.

            El saber del derecho a ser persona, se construye en la interacción de la experiencia personal y grupal, del posicionamiento social que tienen los diferentes actores sociales. Por eso, no es esto un saber estático, unificado en declaraciones, código de Derechos Humanos, sino que se elabora permanentemente en el ser y en las situaciones sociales que se viven en la cotidianeidad, en la realidad social, familiar y otras.

            Es en la situación real donde se problematiza, se educa y donde se vive el proceso de construcción de resolución de necesidades y problemas sociales. Es aquí, donde se reconoce el valor de las diferencias, se visualizan los conflictos y tensiones que surgen en la vida diaria y los afectos y emociones que ellos implican.

            La demanda de ser persona es un requerimiento que surge al percibirse el  dilema entre “desarrollarme según pautas que yo mismo determino en interacción con la realidad o desarrollarme según patrones funcionales y personificadores (Magenozo, A., 1922)(Op.cit)

            Es en este contexto donde la educación no solo debe vencer el desconocimiento, sino sobretodo, favorecer el desarrollo personal. El aprendizaje es una experiencia personal y no algo realizado y memorizado por otros. Rogers al respecto dice que el único aprendizaje que puede influir significativamente sobre la conducta es el que el individuo descubre e incorpora por sí mismo[9].

            En esta perspectiva, el aprendizaje es más que una mera acumulación de hechos y contenidos. El aprendizaje significativo, marca una diferencia en la conducta del individuo, en sus actividades futuras, en sus actitudes y en su personalidad.

            Dicho lo anterior, la enseñanza centrada en el/la alumno/a diferencia de lo convencional, permite el logro de un mayor grado de adaptación personal, un mayor aprendizaje independiente de temas que no forman parte del programa, y más creatividad y responsabilidad de sí mismo. Así, en la experiencia de curso Taller, realizada por el equipo docente de la Escuela, se ha constatado que el alumno comienza a descubrirse de otra manera, tiende a una mayor aceptación personal, reconoce y aprende a expresar sus sentimientos, tiende a sentir una mayor confianza en sí mismo.

            Lo anterior requiere de la aplicación de los dos principios enunciados, a través de la creación de un espacio educativo personal y grupal y de ciertas estrategias metodológicas que facilitan procesos en el alumno, en los cuales este adquiere protagonismo. Ello supone autodirección, flexibilidad, establecimiento de objetivos realistas, tolerancia a la frustración, madurez, capacidad de aceptación de si mismo y de los demás. Por lo tanto, su cambio es en un sentido constructivo.

            Desarrollar la creatividad, enseñar a pensar, potenciar la motivación, enseñar a aprender, enseñar a aprender a saber, enseñar a buscar las estrategias apropiadas para lograr éxito, constituyen desafíos que no son posibles de dejarlos para mañana.

            El perfil delineado en estos principios, muy esquemáticamente desarrollado, es un compromiso que abarca el ser, el saber y el saber hacer.

EL TRABAJO DE TALLER DESDE LA SITUACION SOCIAL

            En el umbral del siglo XXI muchos problemas básicos de la humanidad, aún no están resueltos. En este contexto, no cabe duda que la mirada del mundo, está puesta en la educación y preferentemente en los educadores.

            La ciencia y la tecnología, las telecomunicaciones, la bioingeniería, la robótica y la informática, están revolucionando las comunicaciones, los modos de vivir y de pensar, ponen en discusión permanente, concepciones y valoraciones y han generado nuevas formas de ver el mundo y de enfocar los problemas.

            El mundo ya no parece tan simple, ni lineal, ni el hombre puede ser abordado en forma unilateral ya que es multidimensional (Israel, Carrillo R., 1992)[10].

            La educación y en general las Ciencias Sociales, ante esta explosión, han tenido una lenta capacidad de respuesta, ya que su impacto es de tal magnitud que se vuelve complejo tanto para comprender como para intervenir en el.

            Hoy se asume que la modernización es el marco económico y cultural de nuestro tiempo. Al respecto, Levchner plantea como uno de los grandes dilema de hoy, si ésta opción por la modernización implica aceptar la exclusión de un amplio sector, o bien privilegiar la integración social quedando al margen del desarrollo económico mundial[11].

            Los cambios constituyen una tarea de gran envergadura en el sentido de sus ajustes y desajustes. Los obispos chilenos en sus orientaciones pastorales también han expresado sus preocupaciones y dicen “al acercarse al tercer milenio,Chile, como el resto de la humanidad experimenta un cambio de época...la humanidad enfrenta limitaciones de extraordinaria profundidad. Los progresos técnicos, entre otros, aquellos producidos en el área de las comunicaciones y la informática están cambiando el rostro de la tierra. Todas estas transformaciones influyen hondamente en el hombre. Va naciendo una nueva cultura que marca profundamente nuestros modos de ver, de sentir, de razonar, de amar[12].

            En esta perspectiva contextual, el Trabajo Social juega un papel importante, ya que las transformaciones en el contexto no son sólo referente descriptivo sino un núcleo sustantivo. Al respecto, se argumenta que es en la concepción que se tenga de Realidad Social -que asume diversas lecturas y diferentes formas de intervención- donde se configuran las perspectivas metodológicas (Matus, Tere, 1933)[13].

            Asumir la Realidad Social, significa partir desde una metodología que conlleve a tomar decisiones y propuestas. Su acervo teórico debe entregar una síntesis totalizada de los avances de la teoría humana y en especial en este momento, de la teoría política, sociológica y económica.

            Esto significa que la compleja realidad social, no puede estudiarse ni actuar en ella, por partes ni aspectos, a no ser que ésto sea, para fines de especialización profesional o división social del trabajo.

            Es en esta perspectiva que la propuesta de Taller como estrategia educativa se constituye en un espacio para que los alumnos y docentes reflexionen e integren procesos experienciales y cognitivos en torno a la situación social que el alumno enfrenta.

            El taller lo podemos definir desde tres puntos de vista: como un grupo al reunir a docentes, alumnos y otros actores de la situación social en que dan énfasis a las actividades personalizadas que incluyen a todos los actores como sujetos de educación en una cogestión, participación y responsabilidad.

            También lo podemos definir como un espacio educativo de acción. Su énfasis está en el principio de enseñanza-aprendizaje que une a los actores de la situación en un proyecto específico de trabajo grupal y otros actores de la situación social pone en común su conocimiento y realidad con el objeto de pensar y actuar críticamente y creatívamente construyendo juntos los cambios esperados.

            Es en esta perspectiva que la categoría de Situación Social desarrollada por Carlos Matus en la “Metodología de la Planificación Estratégica” aporta al trabajo de taller diferentes elementos que rompen con el enfoque de comportamiento que han utilizado las Ciencias Sociales para explicar la realidad social.


¿Qué es la Situación Social?

            “Es una afirmación de conjunto hecha por un actor en relación con las acciones que proyecten producir para perseverar o alterar la realidad; en que vive (Matus, C.1987)[14]

            Por lo tanto, la situación es donde esta situado el actor y la acción; o sea donde están los diferentes actores que viven muchas situaciones y la lectura de cada actor depende, de donde esta situado y de cual es su acción. Por lo tanto, para explicar una situación hay que estar en ella, accionando por conquistar objetivos que cambien la situación explicada. Es por esto que cada explicación de cada actor es relevante para la acción.

            El concepto de situación emerge así como el diagnóstico del nombre de acción y se constituye como un aporte para la producción social.

            ¿Desde dónde nos situamos como actores sociales?

            El Taller como grupo operativo en la Situación Social podría realizar su intervención desde una Visión Normativa y desde una Visión Estratégica.

            VISIÓN NORMATIVA

                SUJETO QUE PLANIFICA

                      OBJETO PLANIFICADO

    La planificación de su intervención como Taller supone un sujeto que planifica y un “objeto” que es la realidad social problemática vista desde afuera, o sea yo taller puedo, gobernar, controlar la realidad social y por lo tanto como actores somos diferentes, independientes.  Yo Taller que planifico debo previamente “diagnosticar” la realidad para conocerla.  Este diagnóstico es guiado por la verdad objetiva y por lo tanto es único.

    El objeto planificado sigue leyes, ello implica que su funcionamiento es reducible a comportamientos sociales.  En consecuencia la realidad social es explicable por medio del diseño de “modelos analíticos” basado en relaciones de sistema causa – efecto o relaciones de comportamiento.  Toda la acción creativa es solo del sujeto o sea del Taller que planifica; por lo tanto el objeto planificado no contiene otros actores sociales capaces de producir acciones: Los objetivos tienen una situación terminal conocida al igual que los recursos para alcanzarlo.

    El Taller en esta visión normativa problematiza todas las acciones que son planificadas en el “objeto” en la situación social y esto conlleva la discusión de los diseños de las políticas sociales y los proyectos sociales de las instituciones tanto públicas como privadas de la situación social que enfrenta el “Grupo Taller”.

Desde una Visión Estratégica

A   A      A      A      A      A              A: actores institucionales u organizacionales.

A    A       A       A       A      A              A: actores grupo taller.

A    A                                                    A: actor estado.

    En la Visión Estratégica el “Sujeto”, que planifica la intervención está comprendida en el “Objeto planificado, a su vez el objeto planificado comprende a otros sujetos que también planifican, por lo tanto, la situación social es un juego de Actores en que no existe un diagnóstico único y la verdad objetiva; sino que un diagnóstico situacional explicado por cada actor de la situación.  Los actores son creativos.  El juego situacional de actores ante las acciones objetivas se explican no sólo por modelos analíticos basados en relaciones de comportamiento, sino que se explican por la simulación humana como una necesidad para comprender y proyectar la intervención entre acciones estratégicas y acciones de comportamiento.

    El trabajo de Taller visto en una relación desde el deber ser (normativo – ser situacional) nos enfrenta ante problemas abiertos porque los conceptos para entenderlos deben ser elaborados desde el diagnóstico situacional.  El problema social en la situación social está articulado sincrónica y diacrónicamente con otros, por esto es que la solución de un área posibilita o dificulta la solución de otras.

    Las variables no son estandarizadas ni enumerables.

    Las relaciones de conflictos entre los actores creativos pasa por la confrontación de los momentos normativos y estratégicos.
    En esta línea de argumentación de las dos visiones del trabajo de Taller no cabe duda que la categoría de Situación es una necesidad, ya que se apoya en la intuición totalizadora del nombre de acción y articula las ciencias positivas sectoriales y las ciencias situacionales problematizadas que necesita la planificación práctica para intervenir.

    La producción social vista así, denuncia el ámbito restringido que abarca la producción de bienes y servicios económicos y propone comprender todo lo que el hombre crea a partir de sus capacidades cognitivas, organizativas, ideológicas, económicas y otras.

A MODO DE SINTESIS

    Trabajar en las Situaciones Sociales es algo complejo y difícil, toda vez que la explicación producida por un actor no es independiente de quién explica y desde qué posición o visión explica y frente a quienes lo hacen.  Así tenemos que la realidad social consiste no solo en lo que es “verdad” para alguien, sino además comprende lo que los otros “creen que es verdad” en sus respectivas auto – referencias, por lo tanto, lo importante de trabajar en el Taller de alumnos con diferentes actores de la Comunidad u Organización y otras, es llegar a una explicación policéntrica de la situación y es identificar la misión de la explicación del otro en la mantención o en el cambio de las posibles soluciones de los problemas en la Situación.

    Las explicaciones de los actores en la situación social no deben ser ignoradas; ya que juegan un rol en el funcionamiento del sistema social.  Cada explicación es parte de la realidad explicada.  Las categorías de Situación y Explicación Situacional nos demanda (un nuevo concepto de trabajo en la realidad) esto es de suma importancia para actuar en las Situaciones Sociales de pobreza.  Matus en su propuesta de Planificación Estratégica se refiere muy acertadamente al cálculo interactivo de las acciones de los actores en la situación.  Este cálculo interactivo exige oponentes a lo que queremos hacer, por esto, sólo introduciéndonos en la autoreferencia del otro actor podemos preparar respuestas anticipadas a las posibles acciones.

    Lo anterior nos hace cambiar además la metodología de diagnóstico tradicional, el que desde esta mirada, carecerá de rigor y precisión porque su explicación de la realidad pasa a ser egocéntrica del problema.  Se preocupa sólo de su propia autoreferencia e ignora la de los otros.

    Por esto, la explicación policéntrica identifica, motiva y compromete a la situación objetivo que queremos lograr en el proyecto de Sociedad que estamos insertos.

    A modo de conclusión, la reflexión se centra principalmente en torno a la concepción del Espacio Educativo, que desarrolla el Curriculum, para enfrentar los desafíos que la Sociedad Contemporánea le planea hoy al Trabajo Social:

-          Una concepción centrada en el aprender activo, que parte desde al Situación Social, donde los actores: Docente – Alumno, se comprometen a asumir el significado de los diferentes contextos socioculturales, permite construir los procesos educativos con los diversos Códigos de Vida, que constituyen representaciones significativas del Aprender Haciendo.  Como ejemplo la relación Teoría – Práctica, el lenguaje como expresión de la comunicación cotidiana, los valores y actitudes de la interacción las en interrelaciones comunitarias y organizacionales.

-          La Educación se construye desde la participación de la persona, por la estimulación de las capacidades y de las exigencias de las situaciones sociales, que se vive.  Por esto el proceso Educativo es psicológico expresado en las capacidades propias; sociológico, o sea visto en los intereses que se tienen y en las funciones que se están realizando.

    Por esto, la Educación es un Proceso de vida y no de preparación para la Vida.  Preparar, formación permanente significa dar poder para que se tenga dominio de sí mismo y para actuar eficazmente.

-          La epistemología que está detrás de la propuesta curricular, es la de reflexión sobre los conflictos de los intereses que hoy tenemos en el marco de la modernidad.  Proponer métodos, descubrir juntos comprensivamente; trabajar los desajustes, son los desafíos de hoy para atacar la pobreza.

BIBLIOGRAFIA


Carrillo F., Rolando.  “La Educación como condición para el desarrollo”, en Revista Diálogos Educacionales N°. 15 – 16, Universidad Playa Ancha, Ciencias de la Educación.

Edwardas, Verónica:  “Hacia la construcción del perfeccionamiento docente”; PIIE; 1992 Santiago – Chile 1991.

Equipo pedagógico: “El Taller Total” Mimeografiado Facultad de Arquitectura, Córdova, Argentina, 1968.

Frankl, Víctor: “El Hombre en lugar de Sentido” Mardej, 1986.

Israel Ricardo: “Un mundo distinto: los efectos Sociales de una “Revolución Tecnológica”.  En Revista Política, Universidad de Chile, 1995.

Lespada, Juan Carlos:  “Los Talleres de la Escuela” IATEC, Colección Guidance, 1989.

Leckner: Norjet ¿Son compatibles Modernidad y Modernización?  Documento de Trabajo FLACSO N°. 440, Santiago de Chile, 1993.

Matus, Tere.  1993.

Matus, Carlos “Política, Planificación y Gobierno”; Fundación altador, Caracas – Venezuela.  1987.

Magendzo, Abraham: Principios y Estrategias metodológicas en el perfeccionamiento de profesores para una Educación en Derechos Humanos.  PIIE, 1992 Santiago – Chile.

Novales, M. H., “Psicología de la actitud creadora, 1985.

Ponce de León N., Malvina: “Algunas reflexiones sobre el Taller de Supervisión de Práctica Social” documento de Trabajo, Escuela de Trabajo Social, Universidad de Santo Tomás, 1991.-  Santiago – Chile.

Sanhueza, Jorge y equipo docente Escuela de Trabajo Social Universidad de Santo Tomás, Santiago – Chile.

Slavson:- “Los grupos creativos en la Educación”  Traducción del Inglés.  I. Psi., 1983.



[1] ) Sanhueza, Jorge. Fundamentos para la Formulación de un Modelo Pedagógico. Documento de Trabajo. Escuela de Trabajo Social, Universidad Santo Tomás, Santiago, Chile, 1992.
[2] ) Sanhueza, Jorge. Op cit., p.5.
[3] ) Sanhueza, Jorge. Op cit, p.5.
[4] ) Edwards, Verónica: Hacia la construción del perfeccionamiento docente; PIIE, 1992. Santiago, Chile
[5] ) Remite a la Tecnología Educativa.
[6] ) Tomás de Aquino, St.1. 29,3.
[7] ) A. Lobato OP-1994.
[8] ) Magendzo, A. 199. “Principios y Estrategias metodològicas en el perfeccionamiento de profesores para una educción en Derechos Humanos, PIIE, 1992, Santiago de Chile.
 [9] ) Rogers, Carl “Libertad y creatividad en la Educción”. Editorial PAIDOS, México, 1986.
[10] )Israel Carrillo R., Discurso de apertura Año Académico. Universidad de Chile, 1992.

[11] ) Levchner Norbert ¿Son compatibles Modernidad y Modernización?.
[12] ) Documento de Trabajo FLACSO Nª440, Santiago, 1993.
[13] ) Matus, Tere. La Epistemología no basta”. Ponencia. Reunión ALAETS, Cono Sur, 1993.
[14]  Matus, Carlos “Política, Planificación y Gobierno; Fundación Altador, Caracas. Venezuela, 1987.