jueves, 9 de febrero de 2012

Nuevos escenarios, nuevos actores y los derechos sociales.


Nuevos escenarios, nuevos actores y los derechos sociales.
Mcs. Miryam Gamboa V.

Docente de la carrera de Trabajo Social UMSA Presidenta del colegio de Trabajadores Sociales de Bolivia.

  1. Introducción:

La posibilidad de identificación, escenarios y actores nuevos, pasa por el escenario análisis de los acontecimientos que se dieron y se dan a nivel internacional, y sin crear en un mecanismo a ultranza, ver como éstos inciden en la dinámica de América Latina y de manera particular en cada uno de nuestros países.

Asimismo, dicho análisis implica la necesidad de articular en él, lo económico y lo social, de ahí que amerita hacer una referencia necesaria aunque no suficiente a los factores económicos que dieron lugar a situaciones antes no visitadas y posiblemente no imaginadas.

Lo económico constituirá el marco que permita una mejor comprensión de eso que se ha dado en dominar “Nuevos Escenarios” y Nuevos actores sociales”, que ha decir verdad de nuevo no tiene nada, en tanto ellos estuvieron siempre presentes y de manera objetiva; que hoy por los acontecimientos económicos –sociales tienen “visibilidad” y que haya dejado su opacidades otra cosa.

  1. El ajuste estructural como factor de destrucción de los derechos sociales.

La implementación de los políticas económicas y sociales en América Latina responden a lineamientos de política internacional, se inspiran en una serie de recomendaciones que supuestamente están dirigidas al crecimiento, dicho modelo sabemos todos, no se sustenta en la consistencia que complemente la compleja trama de las relaciones económicas de dichos países.

“La política económica del dominado “ ajuste estructural” se sostiene en un conjunto de prescripciones a las que pretende otorgarse el merito de un supuesto pragmatismo, por el cual invoca su carácter universal y atemporal”.[1]EL problema no es el ajuste en si mismo, sino que ajuste y para quien o a quienes esta dirigido el mismo.

Es innegable que América Latina en el pasado  reciente ha experimentado un significado deterioro, en lo económico y en lo social, factores que han incidido significativamente en la pérdida de la calidad de vida de grandes contingentes poblacionales.

Según Núñez del Prado [2], las distintas realidades nacionales han experimentado (a consecuencia del ajuste) un deterioro disímil, por lo que, los problemas que más inquietan, merecen en cada país una ponderación distinta, sin embargo, a pesar de esta necesaria diferenciación del impacto de los sucesivos Programas de Ajuste estructural, se pueden establecer ciertas regularidades o denominadores comunes para todos los países de la región; vamos a citar algunos tomando como referencia el “Informe sobre Desarrollo Humano 1994, publicados por el PNUD, el mismo que paradójicamente determina las contradicciones en ese desarrollo.

Dicho informe comienza afirmando que:
“En los últimos 50 años, la humanidad ha avanzado en varios frentes de importancia (…)La mayoría de los países han logrado su liberad (…) si bien en 1960 casi un 70% de la humanidad vivía en condiciones de gran indigencia (con un índice de desarrollo humano inferior a 0.4), en 1992 sólo un 32% de la población mundial estaba en esas condiciones (…)

En los últimos 50 años, la riqueza de los países se ha multiplicado. El PIB mundial se ha multiplicado por siete, desde aproximadamente 3 billones hasta 22 billones de dólares. Dado que la población mundial se ha duplicado con creces desde 2. 500 millones hasta 5.500 millones de personas, el  ingreso percápita se ha triplicado ampliamente (…) Además, también hubo espectaculares adelantos en materia de tecnología. En 1927, el primer vuelo trasatlántico de Charles Lindbergh insumió 33 horas. Actualmente el Concorde puede cruzar el Atlántico en un décimo de ese tiempo. Y casi todas las partes del mundo son horas inmediatamente accesibles, por teléfono, televisión o fax. Merced a las computadoras cada 24 horas circulan en los mercados financieros del mundo más de 1 billón de dólares.”[3]  

Continua el informe:
“Pese a todos nuestros avances tecnológicos, aún vivimos en un mundo donde la quinta parte de población de ese mundo, esta hambrienta (…) donde la cuarta parte carece de acceso a necesidades básicas, como el agua de deber no contaminada, y la tercera parte vive en estado de abyecta pobreza, tan al margen de la existencia humana que no hay palabra  de describirlo.

Vivimos en un mundo de inquietantes contrates: donde tantos padecen hambre, sin embargo hay tanta comida que se desperdicia; donde tantos niños no viven lo suficiente para disfrutar de su infancia.

Los gastos militares a escala mundial, aún siguen siendo equivalentes cada año a los ingresos combinados de la mitad de los habitantes del planeta. Y los 1.000 millones de personas más pobres.” [4]

Sería largo transcribir lo planteado en el mencionado informe. Lo cierto es que se constata un desequilibrio que vulnera el fortalecimiento democrático, la inequidad ha alcanzado tal magnitud, que no hace falta acudir a las estadísticas para darse cuenta de la exclusión social y los enormes desequilibrios.

La pobreza tiene su explicación en la incapacidad de las economías, para absorber productivamente la fuerza de trabajo, dando lugar de esta manera al seguimiento de la economía informal. Así en América Latina aumentó la pobreza de manera alarmante en la década de los 80, esto debido sin duda alguna a los sucesivos paquetes o Programas de Ajuste implementados, los que tenían el mismo objetivo aunque en el trascurso del tiempo fueron asumiendo distintas modalidades.

El primer Programa de Ajuste, s sustenta en la concepción del endeudamiento externo, se esgrime el logro del equilibrio en la balanza de pagos generando un excedente de la balanza comercial, se trataba de “ expandir las exportaciones de bienes transables, comprendiendo las importaciones y controlando las restantes variables macro económicas, sobre todo la demanda agregada y su correlato, el déficit fiscal”.[5]

Con esta modalidad de PAE se trataba de lograr un comercio internacional cada vez más creciente y de esta manera recuperar sus niveles de crecimiento  y de mercado internacional de capitales con bajos intereses, se pretendía pues estabilizar los precios y generar excedentes con que pagar la deuda externa, así, se puso que el PAE sería de una duración corta y por ello no importó la dureza del mismo.
Nada de lo supuesto ocurrió, tan es así que las inversiones no se recuperaron, las economías por ende no crecieron y tampoco se estabilizaron los precios. Frente a esta situación se tiene como base el Déficit Fiscal y sus componentes tanto internos como externos, Bostelo al respecto señala “que se busca un equilibrio tanto por lado del gasto como del los ingresos del sector público”.[6]    

La implementación de esta modalidad de PAE implicó la utilización de varios mecanismos tendientes a reducir los gastos, estos mecanismos fueron:

-          Ajuste de las remuneraciones del empleo público por debajo de la inflación.
-          Suspensión de la inversión pública.
-          Atraso a los pagos de la deuda interna y externa, que alcanzó a $ 11.000 millones en 1990.
-          Reducción del gasto social.
-          Control de transferencias  s municipios y provincias.
-          Esquemas de despido, retito y jubilación forzosa de empleados públicos; etc. Por el dado de los ingresos, se implemento distintas modalidades de Reforma Tributaria, así mismo se han recurrido al uso de impuestos indirectos, particularmente aquellos que gravan el consumo generalizado y son fácil recolección y al incremento de las tarifas públicas, estas medidas tampoco dieron resultado, debido a la complejidad y a la sensibilidad de los mismos ( fluctuaciones internas a los cambios en el proceso, al volumen y precios del comercio exterior). La caída de los precios del comercio exterior en algunos productos cruciales; para Bolivia precios de  lo minerales, reduce significativamente la recaudación tributaria. Así mismo la caída inicial no pudo ser controlada, de esta manera se tuvo que incursionar nuevamente en un financiamiento denominado “espurio” y pro tanto se vuelve a elevados niveles de inflación.

Como se observa el PAE basado en el déficit fiscal, el mismo que presentó dificultades de equilibrio, llevó al convencimiento de la necesidad de aplicar otro ajuste más drástico, implicando transformaciones sustantivas.

Según este enfoque, si se quería “conseguir la estabilidad necesaria para restaurar el crecimiento, se requería de cambios institucionales de gran envergadura relacionados al perfil de la oferta y la demanda y ala relación entre lo público y lo privado. Comienza así el desmontaje explicito del apartamento del sector público”.[7] 

Estos PAE, habían generado grandes efectos y lastres de exclusión social, al haber obviado los derechos  humanos y sociales, y como un forma de paliar los mismos se alzan ciertas políticas sociales –Fondos de Desarrollo Social.

Fondos de Desarrollo Social Campesino, Fondos de Inversión Social, en el intento de compensar la reducción salarial sin lograr por supuesto dicho objetivo, así tampoco se logró compensar la caída en cantidad de los servicios sociales básicos.

Se puede concluir, que esas medidas no produjeron los resultados esperados ya que  “la recesión se prolonga; la inflación crece; el desequilibrio fiscal se agudiza; los empresarios continúan sin intervenir y los trabajadores todavía no reciben mejorar en su calidad de vida…”[8]

Por otro lado la situación antes descrita puso en evidencia las limitaciones del insipiente Estado Benefactor, que alguna vez se pensó consolidarlo en América Latina, lo que generó un predicamentos contra la ineficacia  del estado y sus servicios, predica que estuvo dirigida a generar las bases de Legitimidad Social  que posibiliten la anulación o el recorte de la presencia del Estado en la Economía. Es así que se crea un clima de “ desesperanza” en tanto se constata una situación de retroceso social en términos de ingresos  reales y oportunidades de empleo, así mismo se genera un clima de “descreimiento2, ya que los servicios sociales casi nunca fueron accesibles para los sectores de bajos recursos.
  1. Comportamiento prociclico:

El Estado Benefactor o de bienestar, emerge como un instrumento contraciclico del gasto como de su financiamiento al interior de una propuesta macro – económica, siendo una de sus características la distribución de la riqueza, vía políticas sociales.

La implementación del PAE en América Latina “al concebir al gasto social como blando procede a su corte y reducción dejando sobrevivir mecanismos de compensación mínimos.”[9]

  1. Vaciamiento presupuestario:

Se produce una reducción presupuestaria para los sectores sociales, comenzando por el gasto de operación, de esta manera se genera una saturación de la demanda en los servicios, ya que estos no tienen una expansión en la relación al crecimiento y presión demográfica, así mismo, se da una reducción en los costos e operación, que se manifiesta en la falta de insumos básicos, a todo esto se agrega la estrepitosa caída de las remuneraciones reales sobre todo de las personas calificadas, cuyo inconformismo se traduce en Huelgas, paros, desgano en el trabajo, ausentismo y una degradación profesional, lo que incide irremediablemente en una caída en la calidad de los servicios sociales.

  1. Descentralización de los servicios:

El Estado a través de disposiciones legales, como es el caso de Bolivia; se transfiere servicios a los gobiernos locales, liberándose así de los servicios sociales. Se transfiere por lo tanto problemas, más que poder .

  1. Privatización total o parcial de servicios:

Con el planteamiento de suprimir la gratuidad de los servicios sociales, se incrementa y facilita la exclusión de la mayoría de los sectores sociales, “aunque en algunos países se conserva el carácter público, pero introduciendo el cobro de tarifas sin la correspondiente selectividad, que asegure las presentaciones gratuitas mínimas a los sectores de menores ingresos”.[10]

  1. Utilización de organismos no gubernamentales y la familia:

La tendencia a volver la mirada a la familia y ala sociedad en conjunto hoy los olvidamos constituyen los legítimos interlocutores, pero porque ello conviene a los fines de los PAE de esta manera se va desmantelando el Estado en aquellos aspectos que les conviene, sobre todo se sacude de los servicios sociales: salud, educación, etc; así se esgrime la mentada “autoayuda”, la “participación activa”, que pasa por la organización, aspectos que coadyuvan  a ninguna erogación para el sector público.

  1. Focalización restringida:

El PAE direcciona que el gasto social y por ende las políticas sociales deben centrarse sobre “poblaciones objetivo” debidamente priorizadas y seleccionadas, es decir, a los pobres estructurales, en esta perspectiva en los países Latinoamericanos se elaboran los Mapas de Pobreza, utilizando la Metodología Necesidades básicas Insatisfechas. (NBI)

Concluyendo podemos decir que los PAEs implementado en A.Latina fueron voraces de los derechos sociales que les hazte a los sujetos y actores de la sociedad civil; en tanto hay ausencia explicita, para definir una política social en intima relación con la política económica, que sostenga el consumo social básico y universal que considere equidad con crecimiento y desarrollo. Al contrario los PAEs han tenido un carácter recesivo, deprimiendo la oportunidades de empleo, las remuneraciones reales y han precarizado las condiciones de trabajo, se les ha negado los servicios eficientes, eficaces y de calidad, en suma, tanto sujetos como actores sociales han quedado desnudos, sin ningún derecho social. 

  1. ¿Nuevos actores y Nuevos escenarios?

Estamos pues frente a profundas transformaciones económico –sociales, ideológico –político y culturales, que han obligado a una reconversión del estado, de las políticas sociales, de la clase política y también a trastocado la lógica de la vida cotidiana de actores y sujetos de la sociedad civil.

Estos y otros factores han coadyuvado a las emergencias de nuevos actores sociales, nuevos en el sentido de que hasta ahora no se habían manifestado como tales; y que fueron constituyéndose al calor de las inequidades sociales, estos son: los jubilados, cocaleros, comités cínicos, juntas vecinales entre otros; éstos en otra hora, solo constituían el “coro de ángeles” que asumían y respetaban en silencio las decisiones de actores sociales de significado económico. Hoy ellos los que levantan erguida la frente en medio de la opresión y violencia, porque violencia es estar desnudo de los derechos sociales que legítimamente como seres humanos es asisten.

La situación es más apabullante, la opresión y la violencia llegaron al máximo pero; para fraseando a Silvia Rivera, podemos repetir con la fuerza y el alma de Latinoamérica ¡OPRIMIDOS PERO NO VENCIDOS!

Las crisis, las reconversiones, van generando contradictoriamente espacios, fisuras en los cuales estratégica y tácticamente hay que “meterle cuñas”, esto implica que los trabajadores Sociales, más que cualquier otros profesionales, debemos estar atentos para identificarlos y preparados para intervenir en ellos. Este planeamiento tienen exigencias y costos:
La exigencia radica  en generar una capacidad teórico –empírico para efectuar una análisis de la situación constante y actualizado coadyuvando en la detención de nudos problemáticos y en la priorización de aquellos de gran motricidad y que tengan viabilidad en su solución; esto es, tener un horizonte de visibilidad que va más allá del “Hoy” y estos solo es posible articulando lo técnico con lo político, el “hoy  con el futuro”.

El costo, enfrentarnos a la incomprensión y por ende ingresar a una ambivalencia en nuestro quehacer profesional, castrando las posibilidades de utilizar los recursos y las circunstancias para no ser vencidos.

Me voy a permitir en primera aproximación determinar “nuevos actores” y “nuevos escenarios”.

A través de la siguiente grafica No.1 determinamos los “nuevos” actores sujetos de derechos sociales, los que deben tener la posibilidad de preparar una trayectoria basada en un “si” condicional.

La identificación de escenarios implica  al decir de Roveré “desarrollar con plan de para enfrentar cada escenario que se identifique”.[11]

Con la intervención de sujetos y actores sociales, se puede reducir las variantes que conlleven implícitos los escenarios, es decir, ellos son escenarios que no necesariamente se producen tal cual fueron concebidos, pero lo cierto es que dependiendo de la calidad y la forma como se intervenga en ellos, existe una alta probabilidad de que la realidad se desplace o tome otra dirección.

Estamos entendiendo por escenarios como las circunstancias económico –sociales, ideológico –políticas culturales, que rodean a los sujetos y actores sociales ubicados en un tiempo y en un espacio y que deben gozar de derechos sociales hoy conculcados.

Los derechos sociales “surgen del descubrimiento elemental: La libertad está amenazada por el despotismo, pero también por el hambre y la miseria, la ignorancia y la dependencia, por tanto,  los derechos sociales intentaran combatir las formas de ni libertad interesadamente omitidas por el liberalismo tradicional “.[12]

Los derechos sociales están basados en las necesidade4s y carencias.

Sobre el particular es necesario hacer algunas puntualizaciones. En primer término cuando se habla de necesidad no solo debemos referirnos a la “falta de” o a la “carencia de”, ya que la necesidad es parte inherente al ser humano, siendo éste el gestor de las mismas, es decir, por su misma práctica social; “entonces la necesidad pre existe a la carencia (…) la privación es, simplemente, una de las posibles manifestaciones de la necesidad, aquella que hace posibles de forma más palmaria su insoslayabilidad, una necesidad que nunca llega a manifestarse en forma de privación, no deja por ello de ser una necesidad; las necesidades satisfechas son también necesidades (…) habría que rehacer todo intento de reducción de las necesidades a actividades humanas implica que se refieren a algo más que a un estado de vació primigenio”.[13] Sin embargo la necesidad, pasa a primer plano, cuando esta es tomada como la base o fundamento de un derecho, o de una reivindicación; por tanto, aquí se observa que la variable relevante de la necesidad, es la posibilidad de su “no satisfacción”, por tanto, toda necesidad constituye un problema, pero no se relaciona con un sujeto y éste contexto es así que estamos dejando de lado los “deseos” contingentes.

La satisfacción de necesidades por tanto es  un derecho social insoslayable de ahí que, podemos decir, que los sujetos, actores sociales gozan de derechos sociales si hay equidad en los Riesgos, equidad en los servicios sociales y equidad en el saber y en el poder.

Lo anterior nos obliga así mismo la necesidad de determinar los tipos de escenarios, que pueden ser colocados en dos extremos. A) escenario optimista y B) escenario pesimista.

Para el abordaje de escenarios se necesita fijar dos conceptos claves: opción y variante; Roveré citando a Matus señala que la opción “es una alternativa de producción social o de cambio situacional, en que un actor tiene la capacidad de decidir o de escoger una trayectoria. En cambio variable es una alternativa de producción social o de cambio situacional donde el actor no tiene esa posibilidad, siendo posible, que esa posibilidad esté en control de otro(s) actor(s) o nadie.”[14]

Lo anterior implica efectuar rupturas a diferentes niveles: epistemológicos, teóricos y prácticos y asumir un PENSAMIENTO ESTRATÉGICO que nos permita construir la visión de trabajo social, que oriente el diseño de contenidos y formas de intervención dirigidos a coadyuvar el logro de los derechos sociales, teniendo en cuenta los nuevos escenarios en los cuales desarrollan su vida cotidiana los nuevos y a la vez viejos sujetos y actores sociales.
 CITAS BIBLIOGRAFICAS.

1                   Barbeito, Alberto y Lo Vuolo Ruben pp. 79
2                   Nuñez del Prado, Arturo; pp.23
3                   Informe sobre el desarrollo Humano 1994, pp. 2
4                   Informe sobre el desarrollo Humano 1994, pp. 2
5                   Bostelo, Eduardo, pp. 15
6                   Bostelo, Eduardo, pp. 15
7                   Bostelo, Eduardo, pp. 16
8                   Bostelo, Eduardo, pp. 17
9                   Bostelo, Eduardo, pp. 18
10               Bostelo, Eduardo, pp. 19
11               Roveré, Mario,  pp.97
12               Contreras, Pelaes, Francisco; pp.16
13               Contreras, Pelaes, Francisco; pp. 52
14               Roveré, Mario,  pp. 96

BIBLIOGRAFÍA

1. Roveré, Mario:     Planificación Estratégica de Recursos Humanos en Salud. Serie Desarrollo de Recursos Humanos No. 96 OPS/OMS Washington D.C. 20037 E.U.A 1993.

2. Núñez del Prado Arturo:           Capitalismo Contemporáneo y Gestión estratégica del Estado en la ONU en el mundo nuevo, Centro de altos estudios internacionales Universidad Andina Simón Bolívar La Paz- Bolivia. 1993

3. P.N.U.D:                Informe de Desarrollo Humano 1994 Ed. Fondo de Cultura Económica México D.F. 1994

4. Bostelo S. Eduardo:       La producción del Estado de Malestar Ajuste y Política Social en América Latina en: Salud Internacional un debate Norte Sur. Serie de Desarrollo de Recursos Humanos No. 95 OPS/OMS Washington 1992.

5. Contreras Pelaes Francisco:    Derechos Sociales, Teoría e Ideologías Tecnos, Madrid 1994

6. Gamboa V. Miryam:        Reflexiones Epistemológico Teorías sobre la Práctica Profesional de Trabajo Social, CEIA. La Paz Bolivia 1992.
7. Barbeito, Alberto y Lo Vuolo Ruben: La modernización Excluyente, transformación Económica de Bienestar en Argentina UNICEF/ CIEPP/ Losada Argentina B. Aires 1992